Del «se suspende la vacunación, me acaban de llamar de conselleria», del 15 de marzo, al «yo no me voy de aquí sin mi vacuna» que se escuchó ayer entre quienes esperaban frente a la carpa del hospital de campaña de La Fe hay 11 días y una serie de acontecimientos, entre la ciencia y la política, que han hecho de la vacunación educativa mucho más que un ensayo general de una inmunización masiva.

En primer lugar, porque entre paralización y reanudación hay 26.182 personas más de la previsión inicial al incluirse a los empleados entre 55 y 65 años. Uno de ellos es J. S., del IES Joanot Martorell. «Como tengo 61 años, en la anterior no entraba, así que mejor», indicó ayer al tiempo que aseguraba no estar alarmado «por mucho que sea con la vacuna polémica», en referencia a AstraZeneca.

Otro de los cambios, la recomendación de Sanidad de no vacunarse si se ha pasado la covid en los anteriores seis meses, es el que más quejas levanta entre los que esperan. «Creo que al haber incluido a los mayores de 55 no había tantas dosis y tenían que buscar una forma de que no fuera tanta gente», asegura F. Z., del IES Joanot Martorell, que pasó la infección hace dos meses y que tiene intención de vacunarse. «He preguntado en el centro de salud y me han dicho que los anticuerpos de la vacuna son más resistentes y que me puedo vacunar», añadía.

En otro grupo, tanto Javier como Raquel admiten estar en la misma situación: han pasado el virus hace menos de seis meses (en el caso de Raquel hace cinco meses y medio) y hacen cola para ser inmunizados. «No me gusta que cambien las normas a mitad porque al final solo acaba liando a la gente y generándole dudas», criticó la profesora.

Una docente se hace una foto mientras se vacuna, ayer. | F. CALABUIG

La situación era idéntica en otros 24 puntos a lo largo de toda la Comunitat Valenciana, de Vinaròs, el más norteño, hasta Torrevieja, al sur, pasando por Requena, en el interior. «Estoy un poco nerviosa, pero no me quita las ganas que tengo de vacunarme porque es un cambio muy importante en la forma de afrontar la pandemia», dijo Cintia, docente en prácticas en el IES Albal.

En total, en el día de ayer fueron 30.507 personas de 543 centros las que estaban previstas que recibieran el pinchazo contra la covid por las 62.668 personas de 1.657 centros que se esperan para hoy. Miles de inoculaciones del fármaco como la que recibió Carlos García, del IES Marítim: «Tenía bastantes ganas porque suspendieron la vacunación un día antes de que me tocase y me dio algo de rabia». O su compañera Pepa: «Esta es la única manera de vencer al bicho».

Entre el bullicio generalizado se escuchaban apellidos volando para pasar lista en la entrada, saludos, despedidas y los comentarios de la jugada, del «espero que no me deje moratón» a «ahora ya sí que sí». Y un «yo no me voy de aquí sin que me pongan mi vacuna», que resonó entre la broma y el recuerdo.

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