Dos meses después de la puesta en marcha del plan de ayudas de la Generalitat dirigido a autónomos y microempresas especialmente golpeadas por las restricciones de la pandemia, la gestión del proceso en el terreno municipal avanza a diferentes velocidades, permanece encallada en buena parte de los ayuntamientos y se ha convertido en un arma arrojadiza en la contienda política entre el Botànic y la oposición.
Hasta el pasado viernes, las siete ciudades de mayor población donde gobiernan el PSPV y Compromís habían transferido un total de 16 millones de euros (el 42% de los fondos consignados) a los sectores beneficiados por las Ayudas Paréntesis. En cambio, los consistorios de los cinco municipios de mayor tamaño bajo el dominio del PP, todos ellos ubicados en la provincia de Alicante, todavía no habían comenzado a liberar los fondos comprometidos.
Según los datos a los que ha tenido acceso este diario, alrededor de un 30 % de los ayuntamientos de más de 10.000 habitantes y un 26% de los de más de 5.000 ya han repartido una parte del dinero anunciado para paliar los daños económicos sufridos por determinados sectores. De estos municipios, solo uno de cada de diez está gobernado por los populares. Desde el PSPV hablan de un «boicot» al Plan Resistir en algunas poblaciones donde se están dilatando especialmente los plazos. Esta semana, el president de la Generalitat, Ximo Puig, protagonizó un nuevo desencuentro con el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón (PP), al cuestionar el retraso en el pago de las cuantías asignadas a los consistorios por parte de esta corporación provincial, que no aprobó su aportación económica a la iniciativa hasta el pasado viernes.
Los populares responden a las críticas culpando al Consell de la ralentización de los trámites por los obstáculos burocráticos y los problemas del «confirming». Sin embargo, lo cierto es que a, diferencia de la institución alicantina, la Diputación de València transfirió hace más de un mes a los ayuntamientos los 17 millones comprometidos en el programa, dentro de los plazos esperados. En València, Elx, Castelló, Torrent, Gandia, Alcoi o Paterna, donde gobierna el Botànic, ya se ha puesto una elevada cantidad de dinero en manos de pymes y autónomos. En cambio, las grandes ciudades gestionadas por el PP (Alicante, Torrevieja, Orihuela y Benidorm) prevén activar los pagos a partir de mañana o ya en abril. El Ayuntamiento de Orihuela, al que le toca una inyección de 3 millones de euros, aún no ha comenzado a recoger solicitudes. Los de Mutxamel, El Campello o Callosa todavía no han publicado las convocatorias previas al reparto, que, al menos en el caso del primer municipio, se retrasará hasta junio.
Canales rápidos de pago
Hasta el pasado viernes, un 24 % de las localidades alicantinas había abonado alguna cuantía a los sectores más castigados por la crisis. En la provincia de València, ese porcentaje se eleva el 31% y en la de Castelló, al 26%. A pesar de que la Generalitat no transferirá a los municipios su aportación económica al programa (el 62,5% del de los 160 millones presupuestados en total) hasta mayo, muchos ayuntamientos están adelantando las ayudas con recursos propios y habilitando canales rápidos para aprobar las solicitudes conforme llegan, teniendo en cuenta la situación límite de algunos negocios.
La administración autonómica y las provinciales ponen la mayor parte del crédito de las ayudas, pero los consistorios han recibido el encargo de pilotar la gestión directa del proceso, que incluye la recogida, la valoración y el pago de las solicitudes.
