Primero operaron con fuertes limitaciones y finalmente fueron cerrados por decreto. Como consecuencia, la hostelería valenciana ha visto agravarse la caída de su facturación que acumula desde el estallido de la pandemia, llegando al 55 % de reducción respecto a 2020 en el mes de enero, cuando la tercera ola golpeó la Comunitat y obligó a imponer las restricciones más duras desde el confinamiento total de marzo y abril pasados.

Según los datos del INE desagregados ayer por autonomías por la Conselleria de Economía, el sector hostelero es con diferencia el que mayor retroceso experimentó, superando las cifras registradas en noviembre (-38,4 %) y diciembre (-39,1 %). En cada uno de los tres meses citados, la caída siempre es mayor en el conjunto del Estado que en la hostelería valenciana. En enero cayó un 60 % en toda España.

En consecuencia, el impacto en el empleo también se cebó con los trabajadores de bares y restaurantes, que perdieron casi un 16 % de puestos de trabajo respecto al enero anterior.

En cuanto al resto del sector servicios, el segundo mayor retroceso de facturación lo sufrieron las actividades administrativas y servicios auxiliares (-23,6 %) y ya muy lejos la información y comunicaciones (-7,5 %), el comercio (-6,7 %) —aunque aquí se incluyen a subsectores que distorsionan los datos como grandes cadenas de alimentación—, y las actividades profesionales (-1,1 %). Solo subió el transporte y almacenamiento, un 2,9 % interanual.