Marouane Abouobaida, un joven marroquí de 23 años, se suicidó en CIE de Zapadores el 15 de julio de 2019 en una celda de aislamiento después de sufrir una brutal paliza a manos de otros internos y de haber denunciado el mal estado en el que se encontraba. La Audiencia Provincial de València ha decretado el sobreseimiento provisional de la causa penal al considerar que ni la policía ni el personal sanitario cometieron ningún delito.

Sin embargo, en el auto judicial se señala que pudo haber «asistencia sanitaria incompleta», además de «un comportamiento reprobable de algún funcionario policial», y concluye instando a «valorar todo aquello que pudo haberse hecho y no se hizo». El tribunal ha desestimado la resolución definitiva del procedimiento para dejar «abierta la posibilidad de una reapertura si se aportan nuevos elementos de juicio que la justifiquen».

La Audiencia afirma que su decisión «no significa» que la atención recibida por el interno «fuera intachable ni que pueda derivarse alguna clase de responsabilidad como consecuencia de esa atención o de su fallecimiento (...) Esta resolución tan solo significa que esa posible responsabilidad no es de carácter penal». Por eso, remite a revisar el protocolo de actuación en situaciones similares que dictó el juzgado de instrucción nº 3, en función de control del CIE, el 25/7/19, para valorar la conducta del personal de Zapadores. La Campaña CIEs No y Casa Marruecos han emitido un comunicado conjunto donde relatan lo ocurrido y aportan pruebas y grabaciones a las que han tenido acceso.

Solo 10 días después del suicidio, tras recibir el atestado de la muerte y solicitar informes al CIE, el juez de control ordenó la aplicación de un protocolo de 16 medidas referidas a la prevención de intentos de suicidio y a las condiciones de aislamiento.

Aislamiento limitado

El magistrado estableció que una «situación excepcional» como el aislamiento no se puede aplicar durante más de una hora -prorrogable a una hora más previo informe del servicio médico-, se debe controlar permanentemente a través de las cámaras y la persona debía estar acompañada por otras dos en la celda. Marouane murió solo en la celda, dos horas después de ser aislado, y tardaron cuarenta minutos en darse cuenta de que se había quitado la vida. Tras el auto del juez, la Campaña CIE No solicitó formalmente a la Delegación del Gobierno que informara si se están aplicando las 16 medidas, «pues en caso contrario existe un riesgo para la integridad física de las personas encerradas en el CIE». Hasta ahora no ha habido respuesta.

Para la familia de Marouane ha sido muy difícil aceptar que el joven se quitara la vida y están también convencidos de que todo lo sufrido por el joven hasta ese momento fue determinante en su decisión. Casa Marruecos ha estado en contacto con la familia de Marouane, acompañándolos en todo momento y transmitiendo sus reivindicaciones. Su principal exigencia es que la muerte de Marouane se investigue hasta el final, que se conozca toda la verdad de lo que sucedió y se haga justicia.

Después del fallecimiento de Marouane, la abogada de la Campaña CIEs No asumió la acusación particular, en nombre de la madre del joven. A partir de ese momento, la letrada accedió al mismo atestado policial que el juez de control de Zapadores.