El derecho a tener una vivienda tiene un recorrido desigual según en qué parte del mundo vivas. La Fundación Vicente Ferrer (FVF) trabaja en las zonas rurales del sur de la India para garantizar este derecho. En muchas aldeas se puede constatar la resignación de su gente. Puede que no conozcan sus derechos o que no crean que los merezcan. Por eso, es vital que acciones como la entrega de una vivienda estén acompañadas de tareas de sensibilización comunitaria.

De la unión nace la fuerza y así es como la Fundación Vicente Ferrer quiere trabajar: con comunidades organizadas que sean capaces de trasladarles sus necesidades. A partir de ahí inician un proceso ilusionante en el que participan todas y todos: desde la búsqueda de los recursos para hacer realidad el proyecto hasta la implicación en su construcción. La lucha contra la pobreza y la desigualdad y el desarrollo sostenible han de tener perspectiva comunitaria. No puedes construir una casa e ignorar la desigualdad de género. No puedes cerrar los ojos ante el daño potencial que los materiales de las infraestructuras puedan hacer al medio ambiente.

La pobreza no es un hecho aislado, es consecuencia de nuestra manera de hacer las cosas. El Ayuntamiento de València es una institución comprometida con los ODS y su alianza permitirá que 25 familias empobrecidas de una pequeña aldea de Anantapur, Devadulakonda, dispongan de algo más que un hogar. Todas las viviendas están inscritas a nombre de la mujer de la familia, de manera que, si es abandonada por su marido o queda viuda, tenga garantizada esta propiedad, reforzando su rol familiar.

Además, la aldea de Devadulakonda cuenta con una vivienda adaptada, que figura a nombre del miembro de la familia que tiene discapacidad. Así se asegura la protección de un colectivo especialmente vulnerable al ser considerado «menos productivo». Todas las viviendas cuentan con letrinas, una estancia cuyo uso no está aún generalizado. Por eso, la Fundación Vicente Ferrer también realiza tareas de sensibilización sobre la necesidad de mantener buenas prácticas higiénicas.

La defecación al aire libre es una práctica aún extendida en la India, con graves consecuencias sanitarias para las poblaciones, pero también para la salud y la seguridad de las mujeres que se ven obligadas a buscar un lugar discreto para hacer sus necesidades, exponiéndose a asaltos sexuales.

«Nos alegra construir alianzas con instituciones como el Ayuntamiento de València, que saben que la construcción de un nuevo mundo es una obligación de todos y todas», resaltan desde la fundación.