La ciudad tranquila y la playa animada. Es el escenario que se encontraba una ayer, Viernes Santo, paseando por València. Mientras los centros comerciales acogían la visita de familias o personas que aprovechaban el día de fiesta para hacer algún recado, el centro de la ciudad recibía paseos de grupos pequeños y las mesas de las terrazas estaban casi llenas debido al sol.

La playa de la Malva-rosa y la Marina de València fueron una buena opción para tomar aire, al no poder hacer los viajes de antaño o asistir a reuniones familiares en otras comunidades autónomas. La costa acogió a ciclistas, surfistas y familias que llegaban a comer, a pasear, incluso también hubo algún valiente se bañó en el mediterráneo valenciano. Laura y Kety, madre e hija, contaban que aunque sí disponen de una segunda residencia en la Comunitat, decidieron quedarse en València porque, al ser el apartamento de toda la familia «seguro que al final nos reuniríamos muchos», así que, aprovechando el buen día, tal como explicaban ayer «hemos preferido venir a pasear cerca de casa».

Playa y terrazas se llenan el Viernes Santo | GERMÁN CABALLERO

Magda y José Luis aprovecharon el día festivo para tomar un poco el aire, pues «llevamos un mes sin salir de casa porque teletrabajamos, solo salimos a comprar», comentaban. «Al final necesitas ver un poco el mar, pero no nos planteábamos salir más allá de esto. No toca», apuntaban. Juan José, que admiraba la playa con su mujer Isabel, explicaba ayer, preguntado por sus planes de Semana Santa, que «nos recorremos el mundo mundial y este año nos vamos a recorrer el Cabanyal-Canyamelar». Isabel lamentaba no poder viajar a Tarragona a visitar a su hija a quien, dice, lleva un año y medio sin ver.

Playa y terrazas se llenan el Viernes Santo | G. C.

El centro de la ciudad recibió ayer a quienes decidieron quedarse este puente. La plaza del Ayuntamiento, espacio para la gente tras su peatonalización, sirvió de zona de recreo para que los más pequeños pudieran correr, jugar y dar sus primeros pedaleos en la bicicleta. La zona del Mercado Central fue protagonista para los turistas que visitan la ciudad, que andaban por el Carme con la mirada en todas partes.

Cuando se acercaba ya la hora de comer, Marta, Mercedes y Lorena buscaban sitio donde estar tranquilas. Todas tienen a sus padres fuera -en Cartagena y Ciudad Real- y se han quedado con las ganas de ir a visitarlos. «Las tres querríamos haber vuelto a ver a la familia y disfrutar las procesiones, pero al menos podemos quedar a comer y compartir penas», bromeaban las amigas ayer.

Recados y visitas exprés

Por otra parte, el centro comercial Arena de València funcionaba ayer a medio gas. Marina, que caminaba con sus hijos y su marido, aprovechó que los centros comerciales estaban abiertos para hacer algunos recados. «Somos de un pueblo de Cuenca y nuestro plan era ir, pero como no se puede, hoy que es fiesta hemos venido a dar una vuelta», decía.

José y Andrea son del sector que ayer pisó el centro comercial de forma exprés. «Compramos unas cosas que necesitamos y nos vamos pitando, estamos evitando aglomeraciones», apuntaba el primero. Andrea, por su parte, opinó que todavía «queda mucho para poder salir de la Comunitat», por lo que, mientras tanto, una se ha de «conformar».

La encargada de una tienda de moda añadía que en los días festivos no se nota tanta afluencia y que el repunte de gente coincide con el cierre de los bares. Además, explicaba que la covid-19 ha traído cambios en la manera de comprar de la gente. «Vienen menos pero gastan más», aseguraba. Además, detallaba que han pasado de vender trajes y camisas, a chandales y ropa cómoda para teletrabajar.