Había miedo a que se celebrasen las No Fallas por aquello de que las fiestas josefinas están tan arraigadas que las autoridades temían que hacer cualquier concesión pudiera elvar los contagios. Sin embargo, lo cierto es que ha sido el último fin de marzo, en el que entró en vigor el horario de verano, cuando se han multiplicado las fiestas ilegales en espacios públicos y en domicilios y las sanciones por ir sin mascarilla.

Según datos de la Policía Local de València, el último fin de semana de marzo (entre los días 26, 27 y 28 de marzo) fue mucho peor que las No Fallas, (19, 20 y 21 de marzo) en cuanto a incivismo. Las denuncias han subido un 50,27 % al pasar de 547 a 822, con tres datos preocupantes: las reuniones de más de 6 personas en espacios públicos como parques o plazas se duplicaron al igual que las fiestas ilegales en domicilios. Las concentraciones festivas en la vía pública ilegales han pasado de 93 a 236, lo que supone un incremento del 153,76 %. Las fiestas detectadas en domicilios pasaron de 19 a 40, lo que supone un aumento del 110,53 %. En cuanto al botellón, se hayan registrado más del doble: de 20 a 44, con una subida del 120%. Por otro lado, las infracciones por saltarse el toque de queda y por sorprender a grupos de personas en domicilios con no convivientes han descendido.

El edil de Policía Local de València, Aarón Cano, lanza un llamamiento «a no bajar la guardia» y «a seguir manteniendo todas las medidas de seguridad y a cumplir las restricciones sanitarias». Cano recuerda que hay que seguir cumpliendo con la obligación de llevar la mascarilla y con el resto de normas contra la covid-19. «Quienes no acatan las normas se ponen en peligro, y lo que es peor, ponen en peligro a todos los demás», lamentó.