Con las notas del Himno de la alegría se inició ayer en el cementerio de Paterna el emotivo acto de entrega de los restos de 20 represaliados del franquismo, cuyos cuerpos estaban depositados en la fosa 112. De las 98 personas que los golpistas fusilaron el 30 de noviembre y el 9 de diciembre de 1939, se ha podido identificar con las pruebas arqueológicas y de ADN con nombres y apellidos a 21, uno de ellos entregado a su familia hace meses.

Con la presencia de la consellera de Memoria Democrática, Rosa Pérez, que inició con las familias el proceso en 2017, como diputada provincial, así como su sucesor Ramiro Rivera y el director general Iñaki Pérez, además de representantes de diversos municipios, se celebró un acto solemne y reivindicativo. También estaba el historiador Vicent Gabarda, primero que documentó las fosas. La presidenta de la agrupación de familiares, Carmen Gómez, fue clara al agradecer el respaldo de profesionales y administraciones públicas, así como compañeros de otros procesos como la fosa 113, pero también ha dejado patente que las exhumaciones no judicializadas que se «imponen» contribuyen a mantener la impunidad «de los asesinos» y a que los cuerpos de las personas represaliadas sean tratados como restos arqueológicos y no como víctimas de un régimen dictatorial. Por ello, ha reclamado la abolición de la Ley de Amnistía de 1977.

Jornada de alegría

«Hoy no es un día de duelo sino una jornada de alegría porque 20 personas dejarán para siempre el cementerio de Paterna, donde han estado enterradas 80 años, como despojos humanos, y tendrán un entierro digno», esgrimió para denunciar la «maldad, intolerancia, odio, injusticia y voluntad de acallar una sociedad pacífica y democrática» que llevó al fusilamiento de miles de personas durante la postguerra. Durante el acto, Pep Romero leyó el poema que compuso sobre la fosa 112, así como el nieto de uno de los represaliados, que ha recitado los versos que su abuelo envió antes de morir como carta de despedida, o la nieta de otro de ellos que ha leído un poema propio.

Los 20 restos mortales estaban colocados en pequeños ataúdes, cubiertos con la bandera republicana y un ramillete de flores, junto a su fotografía. Uno a uno, han sido entregados mayoritariamente a nietos y nietas, ya que muchos de los hijos de los represaliados han fallecido o sufren enfermedad por su avanzada edad. Entre ellos había víctimas de Albalat de la Ribera, Alcàsser, Carlet, Castelló, Cullera, Oliva, Sueca y Tavernes de la Valldigna.

En la fosa 112 estaban enterrados el último alcalde republicano de Carles, Francisco Navasquilla Martínez, y su homólogo de Tavernes, Vicente Gómez Marí, cuyos estos han sido recogidos. También fusilaron en aquellos dos jornadas, al alcalde de Torrent, Salvador Fernández Ros (cuyos restos fueron recuperados entonces por la familia y actualmente tiene una calle en la ciudad) y el de Alberic. Gómez explicó que, si bien se han identificado plenamente en el proceso 21 cuerpos, la asociación seguirá defendiendo y apoyando que se amplíe el número cuando aparezcan más familias y la ciencia avance. Finalmente, ha deseado que aquellos recuperados descansen ahora pacíficamente con sus familias. El Himno de Riego fue la despedida a cargo del cuarteto Enllaçat.

La consellera Rosa Pérez expresó su emoción porque se haya resuelto una parte del proceso y explicó a Levante-EMV que se trabaja en una solución digna y definitiva para todos aquellos restos que no se identifiquen, de la mano de las familias, ya que muchas de ellas no quieren que regresen a las fosas.