La calle hospital de València lleva varios días con colas que dan la vuelta a la esquina a la altura de su comisaría. Allí se renuevan DNI y pasaportes, y desde hace algunos meses, también tarjetas de identidad de extranjeros (TIE), algo que no es habitual.

Este es el principal motivo de las aglomeraciones en el centro de la ciudad, ya que a muchos inmigrantes les caducaron los permisos en el confinamiento decretado el año pasado por el estado de alarma, momento en el que las oficinas de extranjería estaban cerradas.

Ahora, la Policía tiene que hacer frente a todos los expedientes acumulados durante ese tiempo, y por ello aprobó un plan de choque el pasado mes de diciembre, en el que además de triplicar los equipos para la toma de huellas, (pasaron de tres a ocho y medio) centralizados en la comisaría de Patraix, decidió usar también la comisaría de la calle Hospital para la recogida de la tarjeta identificativa para extranjeros.

Según explican desde Policía Nacional, en Patraix solo se hacen los primeros trámites, como la toma de huellas y el resguardo del permiso. Por otro lado, en la calle Hospital los extranjeros tan solo tienen que pasar a recoger sus tarjetas, por lo que en realidad las colas avanzan rápidamente. De esta manera, explican desde la policía, se han habilitado dos comisarías para ofrecer un mejor servicio y por el gran volumen de citas que hay ahora mismo en la comisaría de Patraix.

El problema de las citas

Vladimir Soliz, un boliviano que lleva 19 años en España y se gana la vida como autónomo, hace cola para renovar el TIE de su hija, que pidió la cita para la toma de huellas en noviembre, aunque no se la dieron hasta el mes de marzo. Él también la pidió en noviembre, pero ante el colapso de las oficinas acabó comprando una cita en Wallapop. «Pagué 25 euros por una cita porque era imposible conseguirla, pero había personas que las vendían hasta por 150 euros». Así que esperar en la cola es lo de menos para Soliz. «Recoger el TIE es lo más rápido, aquí no tenemos ningún problema, lo que es complicadísimo es conseguir una cita de extranjería», cuenta tras mas de media hora esperando a ser atendido.

Todo lo contrario explica Emaria de Pablo, venezolana trabajadora de la hostelería, que también acompaña a su hija para que le expidan el TIE. Dice que ella no tuvo ningún problema con las citas. «En poco más de una semana conseguimos una cita para renovar los permisos».

Emaría es una de las extranjeras que vieron cómo le caducaban los documentos en pleno confinamiento y con las oficinas de extranjería cerradas. Le dieron, como a todo el mundo, 6 meses de prórroga, y ayer renovó su documento.

Para conseguir la tarjeta de identidad de extranjero es necesario conseguir primero una cita de extranjería para la toma de huellas y de datos. Una vez hecho, la policía da un resguardo (que actúa como permiso provisional) a la persona y en el que establece que puede recoger su tarjeta en unos 30 o 35 días.

En este caso, los extranjeros acuden a la comisaría de la calle hospital sin cita previa, algo que no sucede con los que van a renovar el DNI o pasaporte, que sí que tienen que pedirla.

Aunque desde la Policía Nacional reconocen las colas, les restan importancia y dicen que el servicio está funcionando con total normalidad.