Una segunda pericial aportadas a la pieza del caso Taula que investiga el presunto amaño de los contratos para rehabilitar los puentes históricos de València -Serranos y Trinidad- ve «correcta» tanto la tramitación del concurso adjudicado a EMR y los extras aprobados en las obras de restauración de los accesos a la ciudad sobre el río Turia.

La nueva pericial acaba de entregarse al Juzgado de Instrucción 18. Los investigadores del caso Taula la encargaron para que un perito-arquitecto determinara si «las modificaciones introducidas durante las obras y que supusieron considerable aumento del precio» (200.000 euros) estaban justificadas.

En esta pieza separada se pretende averiguar si los criterios técnicos aplicados por las mesas de contratación del Ayuntamiento de València se moldearon para beneficiar a las supuestas empresas investigadadas en Taula (Cleop, EMR y Cyes), durante la etapa de Maria José Alcón (fallecida en 2014) en la concejalía de Cultura. Una supuesta estrategia que les permitiría presentar la oferta más barata a los concursos de Cultura con la garantía de que, después, podrían aprobar modificados de obras con los que recuperar la rebaja ofertada al licitar.

La conclusión a la que llega el mismo perito es que «con la documentación de que se dispone [...] ha habido corrección en los criterios técnicos que han permitido la elección» de Estudio Métodos de la Restauración (EMR) para el contrato de obras de restauración de los puentes de Serranos y la Trinidad.

Respecto al sobrecoste de 200.000 euros detectado en el expediente el perito arquitecto que suscribe el informe señala que «parte del aumento del precio de la obra podría atribuírsele al equipo de elaboración del proyecto técnico» por un montante de 69.414 euros.

Circunstancias sobrevenidas

Pero el resto del sobrecoste se debe a circunstancias «sobrevenidas» durante la ejecución de las obras de restauración como, por ejemplo, «la sustitución de instalaciones defectuosas e agua potable para evitar daños futuros al material pétreo por posibles fugas», que incluyó «nuevas protecciones y canalizaciones». También supuso un sobrecoste no achacable a los autores del proyecto la restitución de las bases de las farolas, «por encargo directo del Ayuntamiento de València con posterioridad a la ejecución y aprobación del proyecto», o la eliminación de gráfitis en los puentes tras la finalización de las obras (el 20 de agosto de 2012).