Cinco años después de la primera petición para probar el cesto malla, la solución alternativa al método tradicional del parany, la Conselleria de Agricultura continúa sin acceder a testar esta opción para sustituir a la práctica declarada ilegal.

El proceso se remonta a 2016, cuando la Associació de Paranyers Apaval dio los primeros pasos ante la Dirección General de Medio Natural, del departamento autonómico encabezado ahora por Mirella Mollà y entonces por Elena Cebrián, a través del registro de un escrito para solicitar una prueba de campo de la trampa bautizada como cesto malla.

La cuestión acabó finalmente ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (Tsjcv), a causa de las sucesivas diferencias entre el Consell y los paranyers y una gran cantidad de escritos y alegaciones a través de la vía administrativa.

Con ello, el alto tribunal valenciano terminó por dar la razón a Apaval en su sentencia del 26 de junio de 2020, ratificada meses después,al fallar que la resolución denegatoria de la Generalitat no estaba suficientemente justificada, por lo que resulta contraria a la legislación, y que tampoco valoró el informe aportado por Apaval que emitió Juan M. Theureau.

Pese a ello, en estos momentos continúa sin haberse producido el testeo técnico sobre el terreno del cesto malla con tal de poder dirimir de forma objetiva por parte de expertos si esta práctica de caza cumple con los criterios de selectividad y no masividad que reclaman las directivas actuales para poder permitir su uso.

El presidente de la entidad, Miguel Ángel Bayarri, cree que Agricultura «está realizando un juicio paralelo para retrasarlo todo, pues nos ha vuelto a solicitar documentación y más información».