El colectivo LGTB+ Lambda ha sufrido el tercer ataque en menos de un mes en sus sedes de València, después de que haya aparecido silicona en las cerraduras de las entradas a los servicios generales y el servicio Orienta, la Oficina LGTB de la Generalitat, que gestiona la entidad. Desde Lambda aseguran que, como en semanas anteriores, no dejan ni dejarán de trabajar «a pesar de los impedimentos que quieran ponernos y, al final, todas las puertas acaban por abrirse». En esta última ocasión, el intento de sabotaje pudo resolverse en menos de 30 minuto.

El coordinador general del colectivo, Fran Fernández, denunció ayer que «no son hechos aislados» y que «estos ataques fascistas son tan inútiles como peligrosos porque el enaltecimiento del odio no es una cosa de Twitter, es real y tiene consecuencias reales en las vidas de las personas que son señaladas como objetivo». De cada ataque se ha presentado la correspondiente denuncia en comisaría donde se hace constar expresamente que, «teniendo en cuenta la naturaleza de los servicios que se prestan en ambas sedes, junto al hecho de que el resto de bajos próximos al lugar de los hechos no presentan daños parecidos, la motivación de los hechos es la LGTBfobia».

«Quieren detener nuestro trabajo, el apoyo que damos a las personas LGTB+ que lo necesitan pero no lo conseguirán», ha apostillado el coordinador del colectivo.