Comienza el principio del fin del tramo maldito del corredor mediterráneo, siempre olvidado en las previsiones ferroviarias de este eje ferroviario. Se trata del trayecto Castelló-Tarragona, ubicado en la parte central del corredor y la rótula entre Cataluña y la Comunitat Valenciana, las autonomías con más músculo económico del eje ferroviario.

Adif Alta Velocidad (Adif AV), empresa pública dependiente del Ministerio de Transportes, anunció ayer la licitación de las obras para la implantación del ancho europeo o estándar en el tramo Castelló-Vandellòs del corredor mediterráneo por un importe superior a los 81 millones de euros (IVA incluido). Las obras de vía y electrificación se dividen en dos contratos, uno para el tramo Castelló-Vinaròs, que se licita por importe de 48.038.706,83 euros (IVA incluido), y el otro para el tramo Vinaròs-Vandellós, por un importe de 33.760.226,38 euros (IVA incluido). En los dos contratos, el plazo de ejecución estimado es de 18 meses.

Las obras en la rótula central del corredor mediterráneo podrían estar así acabadas a finales de 2023 para que este tramo pueda estar plenamente operativo a lo largo de 2024, para permitir la salida hacia Europa de las mercancías en ancho internacional.

Cuando estén finalizadas las obras, el tramo estará adaptado para acoger trenes estándar interoperables de 750 metros de longitud.

Para ello, según explicaba Adif AV en un comunicado, «se instalarán vías con una longitud útil de 750 metros» en cinco de las diez estaciones del tramo valenciano: Les Palmes, Torreblanca, Santa Magdalena de Pulpis, y Benicarló-Peñíscola y Vinaròs.

Adif AV también detalla que las obras se dividirán en dos fases. En el tramo Castelló-Vinaròs, en la primera fase se adecuará el terreno a la futura actuación: «ampliación de la plataforma para la ejecución de las vías de apartado de 750 metros, la reposición de servicios afectados y la ampliación del drenaje, la ejecución de la nueva superestructura con materiales polivalentes y otros trabajos de obra civil. De hecho, se aprovechará la intervención para «proteger las pilas de un paso superior, reponer pantallas acústicas en la estación de Benicàssim, ampliación de un paso inferior de carretera y para peatones en la estación de Torreblanca o un nuevo andén en Vinaròs y un paso inferior entre andenes». También se construirán «nuevas rampas a final de andén en varias estaciones.

Electrificación a 3 KV CC

Respecto a la electrificación, «se adaptarán las instalaciones para ser compatibles a una futura alimentación de 25 kV y se realizarán nuevas cimentaciones, el izado de nuevos postes y pórticos, la colocación de nuevo hilo de contacto, así como la renovación y montaje de otros elementos del sistema, manteniéndose la tensión actual en catenaria a 3 KV CC, según explica Adif AV.

La fase 2 supondrá ya el cambio definitivo del ancho de vía del ibérico (1668 mm) al ancho internacional (1.435 mm) «en las vías generales y de apartado y el cambio de ancho de aparatos de vía y la sustitución de cruzamientos fijos por cruzamientos móviles en la vía general». Similares actuaciones se ejecutarán en el tramo Vinaròs-Vandellós. Las obras podrían ser financiadas con ayudas europeas.

Las obras avanzan con lentitud al sur del río Ebro. En Cataluña, la red de alta velocidad ya está completada. Las obras se centran en ejecutar mejoras en la red ferroviaria para mercancías. En la Comunitat Valenciana, excepto las redes en alta velocidad con Madrid de València y Alicante, las conexiones ferroviarias norte-sur siguen sin completarse. Murcia sigue en obras y Andalucía solo se puso en servicio en junio de 2019 el tramo Antequera-Granada, aunque con un tramo (Loja) en vía única.