Si analizamos las cifras acumuladas a lo largo de estas últimas tres semanas de positivos de coronavirus y fallecidos en centros de mayores de la Comunitat Valenciana y las comparamos con las registradas en el mes de febrero el balance no puede ser más positivo con una caída del 98,5 % de los contagios en residencias. De hecho, al día se contabilizaban durante esos días negros de la pandemia una media de 215 nuevos casos de coronavirus entre residentes y trabajadores y había unos 28 muertos diarios en centros sociosanitarios.

Mientras que ahora la situación está casi erradicada. Entre el 23 de marzo y el 16 de abril, con todos los centros de mayores vacunados, apenas hay tres contagios diarios —y eso que la media subió el último día al detectarse 18 positivos entre trabajadores—. Asimismo, hay menos de tres residentes fallecidos a la semana y los contagios se concentran realmente en cuatro centros concretos. Incluso, cada vez es más frecuente en la actualización de datos observar un triple 0, tanto en fallecidos como en contagios entre residentes y trabajadores.

A finales de enero y principios de febrero llegó a haber hasta 190 residencias de la Comunitat con brotes activos y unos 65 centros de mayores llegaron a estar bajo vigilancia activa de control sanitario. Una muestra más de la eficacia de la vacuna es que desde el pasado 9 de abril ya no hay ni una sola residencia intervenida por Sanidad por brotes importantes.

La fiscal coordinadora de la Sección de Civil, Ana Lanuza, que vela por la protección de las personas vulnerables, en este caso de los residentes, calificaba esta semana de «milagro» la efectividad de la vacuna, cuyos resultados en las residencias han sido incluso más rápidos de lo que esperaban. «Lo han pasado verdaderamente mal, principalmente en los primeros meses de pandemia cuando había escasez de personal y material y sentían impotencia por no tener ni mascarillas», recuerda Lanuza.

La situación ahora es muy buena y ya se han archivado todas las diligencias preprocesales civiles abiertas a centros de la provincia en los que se registraron más de una decena de muertes por covid.

Falta de personal

Uno de los problemas a los que tuvieron que hacer frente la residencias en los peores meses de la pandemia fue la falta de personal. Con cada vez más profesionales que se iban contagiando, las bajas no eran cubiertas en muchos casos y con menos personal se tenía que asumir el triple de trabajo, como denunciaron en su día desde CCOO. Además, algunos profesionales, al estar en la bolsa de Sanidad, eran llamados para cubrir puestos en hospitales, quedando relegados los centros residenciales.

Ahora las pocas muertes de personas residentes en centros de mayores atribuibles al virus son procedentes de brotes anteriores. No obstante, no se tienen datos de si los pocos fallecidos que se están contabilizando habían recibido ya la vacuna o eran del reducido número que quedaba por inmunizar o bien porque había todavía un brote activo o porque se habían negado a recibir la vacuna. Esta bajada de casos gracias a la inmunización de los centros da muestras de la importancia de que todos los residentes y trabajadores se vacunaran. En los casos de familiares que se han negado a que el residente sea vacunado sin causa justificada, ya hay varias resoluciones judiciales en las que se autoriza la vacuna pese a la negativa de la familia.