Claudia tiene 24 años, diabetes de tipo 1, el doble de probabilidades de acabar en la UCI en caso de contagio de covid y un cartel entre las manos que indica: "¿Ya no soy de riesgo?". Junto a ella, en la puerta de la Conselleria de Sanidad, hay una veintena de personas con carteles similares y un mismo fin: protestar por no haber sido incluidos en la estrategia de vacunación como colectivo de riesgo.

La Asociación Valenciana de Diabetes se ha concentrado este miércoles frente al departamento de Ana Barceló para reclamar su inclusión dentro del plan de inmunización y no tener que esperar a criterios etarios. "Lo que nos proponen es que esperemos a ser vacunados según nuestra edad y poner en grave riesgo nuestra vida", lamenta Marta Carreres, presidenta de la entidad.

Según la Estrategia de Diabetes de la Comunitat Valenciana 2017-2021, la prevalencia de la diabetes diagnosticada en la Comunitat Valenciana es del 7.8%, es decir, afecta a unas 400.000 personas. La mayoría de ellas son de tipo 2, pero cerca de un 5 %, unas 20.000 personas son de tipo 1, la que conlleva un control constante e inyección de insulina y que puede derivar en otras comorbilidades con el paso de los años.

Claudia cuenta que desde marzo de 2020 ha reducido su vida social a la mínima expresión. "No me he sentado en ninguna terraza desde entonces, si quedo con mis amigos es para pasear", explica. Su diabetes es de las que requiere la inyección de insulina y en caso de contagio tendría problemas a la hora de afrontar el tratamiento ya que los corticoides, muy utilizados a la hora de frenar el avance de la covid, suelen generar efectos adversos en el metabolismo de este tipo de pacientes.

"He renunciado a dar clases particulares de violín a una niña y también rechacé una posibilidad de trabajo por miedo a un contagio porque todo lo estoy haciendo desde casa", explica la joven que actualmente cursa un máster en línea. Los cálculos de vacunación por edad le llevan a seguir con esa forma de vida hasta otoño.

Situación similar a la de Sacha Sánchez, de 46 años, diagnosticada hace 42. "Si se nos declaró personas de riesgo durante la pandemia y nos recomendaron que nos quedásemos en casa, ¿por qué ahora no se nos incluye en la vacunación?", se queja para añadir: "Me queda un tiempo hasta que me toque, es un sinsentido".

Desde la asociación señalan que saben que la estrategia de vacunación depende del ministerio, pero protestan que ni siquiera estén informando desde la conselleria si están reivindicando en Madrid la necesidad de que se incluya este colectivo. La entidad está dentro de Cocemfe, una plataforma con otras 25 asociaciones, que cuenta con representación de otras patologías que tampoco han sido incorporadas en la estrategia de vacunación como la gente con EPOC, con esclerosis múltiple o fibrosis quística.

Carolina es madre de un adolescente de 15 años y admite "dificultad" en los últimos meses. "Tenemos todos mucho cuidado", asegura. De hecho, desde que diagnosticaron la diabetes tipo 1 a su hijo tanto padres como hermanos se han vacunado en los últimos tres años frente a la gripe. "Es curioso que ahí estemos en los listados y en este caso, no", añade. En el caso de su hijo, además, tendría el problema de ser menor de 16 años, una edad para la que todavía la vacuna está en fase de estudio.

La asociación insisten en que la situación de las personas con diabetes es "urgente" y señalan que aunque sea ya solo por el interés económico de ser personas con más probabilidades de acabar en la UCI y, por tanto, tener un coste mayor para la sanidad "ya se nos debería tener en cuenta". "Se están equivocando", ha sido el alegato final entre una fina lluvia entre la entrada y salida de funcionariado de la conselleria.