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El primer edificio de alquiler asequible será bioclimático y tendrá 18 viviendas

El diseño permitirá que no sean necesarios sistemas de calefacción o refrigeración y dispondrá de un método de reutilización de las aguas grises y pluviales

El primer edificio de alquiler asequible será bioclimático y tendrá 18 viviendas

El primer edificio del Plan 2400 de Vivienda Protegida Pública 2021-2026 que presentó el Consell hace unos días y con el que se prevé construir 2.457 viviendas para destinarlas a alquiler asequible se ubicará en la calle Joaquín Ballester de València y estará recubierto de paneles contra laminados de madera. El complejo, que es el primer edificio de viviendas públicas que se construye desde hace más de una década, tendrá seis plantas y 18 pisos y será el proyecto piloto para dar respuesta a «la triple emergencia medioambiental, sanitaria y habitacional existente en la actualidad».

Así lo explica la directora general de Innovación Ecológica, Núria Matarredona, tras conocer el ganador del concurso de proyectos, que será quien lo redactará con un presupuesto de 176.248,22 euros y también quien dirigirá la obra, en la que se invertirán 2.162.365,20 euros.

El proyecto vencedor ha sido el del grupo de Superestudio, liderado por el arquitecto Nacho Marí y será quien llevará a cabo su idea estructural «Sal al salón». El edificio, impulsado por la Conselleria d’Habitatge, a través de la Dirección General de Innovación Ecológica en la Construcción y la Entitat Valenciana d’Habitatge i Sòl (EVha), estará integrado en el corazón de València para cumplir con la «consolidación e integración urbana», según explica Núria Matarredona.

El edificio está diseñado bajo criterios bioclimáticos «responsable con el medioambiente y las personas», explica la alto cargo, quien apunta a la voluntad «ejemplarizante» de la Administración para incentivar una construcción más amable. La finca será la primera en la Comunitat en construirse con madera (destinada a viviendas), solo después del edificio previsto para el recinto de la Conselleria d’Educació, tal como avanzó Levante-EMV. El objetivo: provocar un mínimo impacto ambiental. Tendrá dos sótanos y seis plantas con tres viviendas de 61 metros cuadrados cada una.

La idea es que sea una construcción de «consumo casi nulo», es decir, que requiera la mínima energía y que la necesitada no provenga de combustibles fósiles. «El diseño ayuda a que no se requiera ni calefacción ni refrigeración y cuenta con un sistema de instalación foto voltaica y de reciclaje del agua de lluvia y aguas grises (las utilizadas para ducharse o para fregar) a través de una depuradora ahorrar energía», explica Matarredona.

El primer edificio de alquiler asequible será bioclimático y tendrá 18 viviendas

Un salón comunitario (o no)

El proyecto ganador de Nacho Marí lleva por nombre «Sal al salón», un lema que se ve reflejado en el diseño de la estructura arquitectónica. Las casas contarán con un espacio al aire libre a modo de terraza «común» que podrá ser colectiva o individual. «A través de puertas plegables, podrás abrir o cerrar las estancias exteriores en función de las necesidades», añade la directora general.

Se busca fomentar la convivencia entre los vecinos y hacer frente a una necesidad que ha aparecido tras la pandemia: «Es una vivienda poscovid. Esa vivienda que no quiere prescindir de los espacios al aire libre ni de posibilidad de socializar», explica Matarredona. Una casa que no sea jerárquica, que tenga una composición flexible y perspectiva de género. Por eso, las estancias no estarán definidas previamente y los habitantes decidirán donde quieren ubicar cada tipo de habitación.

El primer edificio de alquiler asequible será bioclimático y tendrá 18 viviendas

La conselleria también ha previsto el mantenimiento del edificio, diseñando la estructura en montaje seco, lo que significa que «todo es reparable, todo puede ser reutilizable, eso fomenta la economía circular», explica Matarredona. «La vivienda es nuestra tercera piel. Que tengamos un buen diseño y pensemos en ella beneficiará nuestra calidad de vida», concluye la directora general.

Las viviendas de esta finca que se construirá en València no tienen una estructura fija. Así, los usos de cada habitación podrán determinarlos las personas que habiten en la casa, para fomentar una distribución del espacio inclusiva y con perspectiva de género.

El edificio contará con paneles contralaminados de madera en su exterior, una materia prima que se puede reutilizar, un planteamiento holístico e integral de una estructura sostenible en sí misma.

Cada planta contará con tres viviendas que tendrán una estancia extra comunitaria. Los paneles plegables permitirán que los vecinos puedan abrir o cerrar las compuertas para compartir el espacio colectivo o bien reservar su espacio a un uso individual.

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