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El PP decreta silencio hasta el 4M

Bonig aplaza su decisión a mayo y no está descartado que deje la vida política

La síndica del PPCV y presidenta del partido, Isabel Bonig, ayer, en el pleno de las Corts Valencianes. | EFE/BIEL ALIÑO

La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, rompió ayer su silencio tras seis días sin agenda pública para decir muy poco. A su llegada a las Corts, Bonig trasladó a la prensa que esperará a que el congreso regional del PPCV sea convocado para despejar la incógnita sobre su futuro político. Es decir, si tira la toalla o, contra el criterio de Génova, se lanza al precipicio de un congreso ideado por esta última para lanzar al jefe de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón.

Bonig vino a asumir que ya no está en condiciones de seguir afirmando que se presentará y que cuenta con el respaldo expreso de Génova. En un momento de intensa reflexión personal, Bonig prefiere hibernar y guardar el silencio que desea la dirección nacional cuyo objetivo ahora es evitar la refriega cuando quiere centrarse en las elecciones madrileñas. Esperará a la primera semana de mayo, una vez resueltas las elecciones madrileñas y el congreso provincial de Castelló y será la dirección regional quien reúna formalmente la junta directiva para anunciar la celebración del congreso par finales de junio o julio.

Génova espera que para entonces el terremoto que sacude la formación popular estos días baje de intensidad. Un partido calmado para encumbrar a Mazón era la hoja de ruta de Génova y en lo que paulatinamente se había trabajado estos meses. Sin embargo, el descontrol de las últimas semanas con una Bonig firme en que se presentaría y nuevas candidaturas fraguándose han obligado a Génova a repensar su estrategia.

Además, el momento coincide con la existencia de datos demoscópicos que maneja el PPCV y que revelan que, por primera vez esta legislatura, podrían recuperar la Generalitat. Este escenario electoral propicio podría también haber dado el empujón definitivo a Mazón, quien durante meses no se decidía a salir de la zona de confort de la diputación.

El primer objetivo de Génova : parar los pies a Bonig, se ha conseguido. La presidenta, admiten los suyos, está tocada. De alguna manera siente como una deslealtad que en su día la dirección nacional no le dijera a las claras que no contaba con ella, algo que probablemente habría facilitado una transición tranquila con ayuda de ella misma.

Mazón ha negado varias veces en público que ambicionara la presidencia, una postura que habría mantenido también en privado ante la propia Bonig. Así las cosas y con el horizonte de dos semanas por delante, el entorno de Bonig mantiene que ella no está negociando con Génova una salida ni para ella ni para sus colaboradores y que hay tres escenarios están abiertos: dar la batalla en el congreso, negociar su retirada o incluso dejar la vida política. En todo caso, en el segundo escenario parece difícil que Bonig se mantuviera de síndica, si bien

Mientras tanto, en la provincia de Valencia, varios cargos locales están recibiendo llamadas desde la dirección en las que se les pide que cierren filas con los designios de Génova y eviten entrar en la batalla entre candidatos.

Incluso el tercer aspirante en discordia, el alcalde de Ayora, José Vicente Anaya, está manteniendo estos días cierta discreción, aunque sigue firme en su decisión de presentarse. Es más, desde su equipo se afirma que la más que probable retirada de Bonig podría beneficiarles ya que recibirán los votos de quienes están descontentos con el dedazo de Génova y el trato a Bonig.

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