Descifrar cuáles son las actividades cotidianas que generan gases de efecto invernadero, así como la importancia que supone minimizar su emisión para revertir el cambio climático y cómo hacerlo son algunos de los grandes desafíos que presenta el futuro, que aunque lleno de incertidumbres, traza una realidad inexorable: no existirá si no es sostenible.
Para ello, discernir qué o quién produce esos gases es esencial, ya que el sujeto parte desde un individuo hasta una empresa, entidad o, incluso, un producto. Debe ser, según establecen múltiples expertos, «un objetivo que estructure nuestra agenda política, económica y social».
Algunos de ellos se reunieron el pasado miércoles en un encuentro telemático organizado por Levante-EMV y BBVA bajo el título «¿Quieres conocer tu huella de carbono?».
Un interrogante que apeló directamente a Pablo Fernández Armirotti, responsable de Soluciones de Asesoramiento Empresarial de BBVA; César González Venegas, especialista en Sostenibilidad y Financiación en BBVA; y, por último, Antonio Bernabé, director-gerente de la Fundación Visit València. Los tres ofrecieron las claves estratégicas para acometer una descarbonización progresiva de la economía.
De hecho, un claro exponente de la apuesta transversal por una economía verde capaz de hacer frente a la emergencia climática puede hallarse en la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada en el Congreso de los Diputados hace tan solo dos semanas y que establece la obligatoriedad de las empresas de publicar cuál es su huella de carbono.
Así, en el webinar conducido por Silvia Tomás, directora de Levante TV, se abordaron cuestiones relativas a las herramientas que posibilitan un cálculo exacto de la emisión de gases de efecto invernadero, un turismo neutro en la ciudad de València o la configuración de modelos de negocio sostenibles, entre otros ítems.
«El gran reto»
«Los objetivos que marca la nueva ley son ambiciosos, pero el reto de detener el cambio climático lo es más todavía», afirmó de forma convincente César González. Así, España debe ser neutra desde el punto de vista energético al término del año 2050, según establece la normativa.
¿Cómo se concreta este propósito? Algunas acciones específicas son la consolidación de un parque de turismos, así como de una movilidad, libre de emisiones o, del mismo modo, la fijación de puntos de recarga en estaciones de combustible o parques residenciales.
No obstante, el asesor de BBVA instó a poner en valor «otras normas que ya existen dentro de nuestro marco regulador y que nos conducen a la eficiencia», como el Impuesto sobre Sociedades, del que afirmó que ejerce una «presión regulatoria que invita a las empresas a orientar sus estrategias hacia la sostenibilidad».
En este sentido, su compañero Pablo Fernández quiso puntualizar que «el mercado ha ido por delante de la legislación en la dinamización de criterios sostenibles». Ejemplo de ello es la entidad financiera BBVA, que ha adquirido firmes compromisos como la reducción a cero de su exposición a actividades relacionadas con el carbón. «Desde hace años establecimos una estrategia para contribuir a los ODS y frenar el cambio climático», explicó González.
"La mejor promoción de València en 2020 ha sido certificar su huella de carbono"
«Una de nuestras prioridades estratégicas es acompañar a nuestros clientes hacia un futuro más respetuoso con el medio ambiente y un crecimiento económico más justo e inclusivo que no deje a nadie atrás».
Un plan que se materializó en el denominado Compromiso 2025 y que cuenta con una triple vertiente: financiación —movilizar 100.000 millones de euros en el periodo 2018/2025 en proyecto sostenibles—, integración de los riesgos ambientales y sociales asociados a la actividad diaria de BBVA y, por último, un tercer eje es involucrar a todos los grupos de interés para impulsar de forma colectiva la contribución del sector financiero al desarrollo sostenible.
De este modo, cabe destacar que BBVA se ha sumado esta semana a la alianza bancaria de cero emisiones promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). «Es un reto apasionante contribuir a la mitigación del impacto medioambiental y acompañar a nuestros clientes en esa transición a través de la concienciación, el asesoramiento, la evaluación de proyectos y su posterior financiación», confesó César González.
Calcular la huella de carbono
Hay muchas herramientas que permiten calcular la huella de carbono. No obstante, como matizó Pablo Fernández, ni todas sirven para lo mismo ni las empresas ofrecen ese servicio por el mismo coste. «Lo más relevante de esta ecuación», destacó, «es poder interpretar los índices y acometer acciones que mejoren las emisiones. No solo es bueno para el medio ambiente, sino que también implica múltiples beneficios desde el punto de vista empresarial».
Así, apuntó que la descarbonización reduce el consumo energético y, paralelamente, genera una transformación explotable en otros campos de negocio capaces de aportar una alta rentabilidad.
En este sentido, BBVA diseñó hace tan solo un año una aplicación de uso empresarial que permite calcular de forma online e inteligente la huella de carbono y que presenta características únicas a nivel mundial de las que ya se benefician de forma totalmente gratuita más de 10.000 negocios de la Comunitat Valenciana.
"Nuestro objetivo es movilizar 100.000 millones de euros en proyectos sostenibles hasta el año 2025"
El producto se integra dentro de la banca electrónica de la entidad financiera con la que sus clientes operan diariamente y ofrece la información relativa a su emisión de carbono sin que estos tengan que realizar ninguna gestión o presentar cualquier tipo de documentación.
Además, la herramienta también permite conocer el gasto energético y ahondar en la estrategia 360º que BBVA está diseñando para sus consumidores, siempre con un espíritu instructivo, pues la calculadora digital ofrece información útil para concienciar a las personas de qué es la huella de carbono y cómo interpretar los datos correctamente.
«Algo muy relevante para los clientes es que pueden identificar cómo están y cómo deberían estar sus empresas, optimizando su potencial de eficiencia energética hasta un 60 %», desarrolló Fernández. Asimismo, ejerce una función comparativa entre empresas del mismo tamaño, facturación y volumen de empleados, ofreciendo un análisis del escenario competitivo de cada negocio.
No obstante, la implicación de BBVA excede los límites digitales, pues gracias a su amplia red territorial de asesoramiento son capaces de ofrecer una atención personalizada a cada empresa una vez identificado su déficit ambiental.
Objetivo: turismo neutro
La finalidad es nuevamente, como definió Antonio Bernabé, «muy ambiciosa», pues busca conseguir un turismo neutro y sostenible para la ciudad de València en el año 2025. Se trata de un proyecto pionero de medición y certificación de la huella de carbono, tanto para el destino turístico como para las empresas vinculadas a este, desarrollado por la Fundación Visit València y Global Omnium (Aguas de València), que actúa como socio tecnológico.
Este estudio, que ya cuenta con la verificación de Aenor, ha posicionado a la capital del Túria como un territorio líder en la senda de la sostenibilidad y protección ambiental a escala mundial.
El año 2020, pese a sus infortunios masivos, fue testigo de cómo la ciudad registraba su primera certificación de huella de carbono, todo un hito que no ha pasado desapercibido para las principales potencias económicas del globo. Pero, ¿por qué la emisión de gases de efecto invernadero?
"Nuestra calculadora de huella de carbono tiene aspectos únicos a nivel mundial"
Bernabé señaló que «la huella de carbono es una herramienta fundamental en la lucha contra el cambio climático, además todo el escenario normativo actual, como el Acuerdo de París o los Fondos Europeos, está centrado en la sostenibilidad». Según detalló, su labor ha consistido en crear, desde un parámetro global, etiquetas digitales sostenibles que se están empezando a aplicar a equipamientos turísticos, como el Palacio de Congresos, considerados proyectos piloto.
«Esto nos permite medir la huella de carbono que genera cada actividad que se realiza en ese espacio», puntualizó el director-gerente de la Fundació Visit València, quien matizó que han vertebrado el estudio en diez capítulos, que incluyen alojamiento y traslados de los turistas, incluso iluminación de los viales, recursos hídricos o los residuos urbanos y su gestión.
Sostenibilidad rentable
«Apostar por la sostenibilidad siempre es rentable, además entendemos que no hay otro camino», alegó César González. La supervivencia de muchos negocios depende, según vaticinó, de su capacidad de integración de criterios sostenibles.
Así, arguyó la presión regulatoria anteriormente citada, la adjudicación de los fondos reconocidos en el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea, la reducción de costes o la diferenciación que exige el consumidor, cada vez más ética y responsable en términos ambientales.
Respecto a la ciudad de València, Antonio Bernabé quiso destacar, en la línea expuesta por González, que «la tendencia actual del turismo es buscar destinos no masificados que cumplan la regla de las 3S: sostenible, seguro y saludable». «En un año tan complicado como 2020, la mejor promoción de València ha sido certificar la huella de carbono», concluyó.
