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El Botànic discrepa con la línea roja a Vox

El PSPV asegura que combatirá con la palabra y Ferri matiza que también lo hará desde la tribuna

El Botànic discrepa con la línea roja a Vox

El Botànic no tiene una posición unificada sobre donde debería situarse la línea roja con Vox. Se vio ayer, en el primer debate en las Corts después de la negativa de la ultraderecha a condenar las amenazas que en forma de bala ha recibido entre otros el exvicepresidente del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias. Un incidente que ha elevado a niveles máximos la crispación política cuando se acaba de iniciar la campaña electoral de las elecciones autonómicas madrileñas.

Los partidos de la izquierda valenciana comparten la necesidad de frenar a la ultraderecha en las instituciones, pero discrepan sobre el punto exacto en el que debería situarse el cordón sanitario a aplicar a la derecha radical.

La comisión de Sanidad, que ayer por la mañana se celebró en las Corts, tenía como primer punto precisamente una iniciativa presentada por Vox, pero tanto el portavoz sanitario de Compromís, Carles Esteve, como la síndica de Unides Podem, Pilar Lima, evitaron directamente el debate con la ultraderecha.

Esteve aseguró que se ha desencadenado una situación de emergencia democrática y que la sociedad tiene que detener la escalada. Lima añadió que hay que actuar contra el fascismo y aislarlo políticamente como se hace en otros países europeos. Y añadió que su grupo no debatirá con Vox y votará siempre en contra de sus propuestas. Ella, como Esteve, ni se dirigió al diputado de Vox ni hizo mención al tema que defendía la ultraderecha, pero sin renunciar al turno de palabra.

Sin embargo, el portavoz socialista, Manolo Mata, no cree que evitar el debate con la ultraderecha sea la estrategia más adecuada. El síndic está convencido de que a la derecha radical se la combate con la palabra y que hay que distinguir entre Vox y sus electores, a los que desde el PSPV tienen muchísimo respeto, señaló Mata, que añade que el camino a seguir es el de poner de manifiesto en el parlamento cada día qué supone la ideología que defiende Vox.

En Compromís no hay una postura unificada. Mientras Esteve se negó a debatir, el síndic, Fran Ferri, aseguró después que a la ultraderecha hay que aislarla en las Corts, pero desenmascararla desde la tribuna parlamentaria. Compromís ya propuso al resto de formaciones a principios de legislatura un acuerdo para limitar el campo de acción política de los radicales que incluía el rechazo a todas sus iniciativas y a cualquier tipo de acuerdo, explícito o implícito con ellos, pero no se produjo una resolución formal, aunque la izquierda sí evita suscribir acuerdos, como mociones institucionales, para no firmar junto a Vox.

Hoy mismo está previsto un encuentro de los tres portavoces de la izquierda para tratar de definir una posición conjunta. Desde Unides Podem añadieron que es necesaria una unidad de acción de toda la izquierda «frente a las amenazas y el fascismo».

«Una situación muy puntual»

Mata sostiene que lo ocurrido el viernes en el debate de la Ser en Madrid, con el encontronazo entre Iglesias y la candidata de Vox, Rocío Monasterio, que ha motivado el debate sobre las líneas rojas, es una situación muy puntual. Tras el incidente, desde el PSPV evitaron participar ayer en un debate sobre el ecuador de la legislatura valenciana que estaba previsto en la misma cadena. Pero el síndic socialista insiste en que ese es un hecho puntual y motivado por una situación muy concreta y no una estrategia a seguir.

En su opinión es imposible en el marco parlamentario no participar en debates o no contradecir los argumentos de la ultraderecha. Otra cuestión, añade Mata, es que cuando debatir con ellos suponga darles un altavoz mayor del que tienen, el PSPV pueda decidir no hacerlo, pero siempre como medida puntual y muy concreta.

Lima insiste en que se ha creado una situación de excepcionalidad y no debatirán ni en instituciones ni medios de comunicación.

Al alcalde de Busot y diputado provincial del PP en Alicante, Alejandro Morant, también le saldrá gratis su último exceso verbal. La dirección del partido reprobó sus últimas reflexiones en una red social en las que, en la línea de Vox, dudó de la veracidad de las amenazas dirigidas al exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, pero acabó disculpándole por haberse retractado.

La posición del PP quedó marcada ayer por el presidente de la Diputación de Alicante y del PP provincial, Carlos Mazón, para quien es suficiente con la rectificación «inmediata» de Morant, que borró su post en la red social Facebook.

El dirigente popular, llamado a ser el nuevo líder de la organización en la Comunitat Valenciana por preferencias de Génova, mostró su rechazo al comentario publicado por Morant, que cuenta con su «reprobación moral y personal». No obstante, preguntado sobre si tomará medidas sobre la continuidad del diputado, zanjó que con las disculpas «es suficiente». «Yo lo que vi es que, rápidamente, el diputado Alejandro Morant rectificó y pidió disculpas, eso siempre es importante. Lo que yo siempre he hecho y haré es condenar cualquier tipo de violencia, ya sea física o real, o por amenazas», sostuvo Mazón.

También la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, al ser pregunta el pasado domingo por esta manifestaciones, mantuvo que la posición del PP es de condena absoluta. Mazón pidió «sentido común» a la oposición que exige la dimisión del diputado y, al ser preguntado sobre posibles líneas rojas, ante las reiteradas salidas de tono de Morant, alabó su trabajo en la diputación, que calificó de «magnífico».

El problema para el PP es que no es la primera vez que Morant genera polémica con declaraciones muy similares a las de Vox en asuntos como la inmigración.

En 2018 el comité de derechos y garantías del partido llegó a abrirle expediente información por un tuit en el que pedía deportaciones masivas de inmigrantes. Sin embargo, el expediente se archivó y se le pidió que se abstuviera de este tipo de comentarios.

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