Cerca de 80 enfermeros y enfermeras de la Comunitat Valenciana siguen sin recibir la vacuna contra la covid. Todos ellos son trabajadores de clínicas privadas o empresas privadas, pero argumentan que en su labor de sanitarios está la realización, entre otras cosas, de pruebas diagnósticas del Sars-Cov-2, motivo suficiente para ser considerados «de primera línea».

«No sé qué problema hay en los listados, pero lo que sí que sé es que mis compañeros de profesión se vacunaron en enero y febrero y yo sigo sin estar vacunada», explica una de las enfermeras que está sin inmunizar. Trabaja en una clínica pediátrica privada donde «atiendo a niños que vienen malitos y en algunos casos vienen con contagios de covid».

Al pediatra que trabaja con ella sí que le han inoculado la dosis contra el virus. Fue en el mes de febrero cuando el Colegio de Médicos pactó con la Conselleria de Sanidad tres jornadas de vacunación en el propio centro para medio millar de médicos que trabajan de forma privada con pequeñas clínicas o en atención domiciliaria.

En el caso de esta enfermera cuenta que el viernes volvió a inscribirse en un listado que le facilitaron desde Salud Pública. «Esperemos que esta sea la buena», reclama al tiempo que admite que durante este tiempo ha contactado con la mutua y hasta ha acudido a su centro de salud y al Príncipe Felipe a pedir si era posible ser vacunada en caso de sobrar dosis.

No es el único caso. Desde el Colegio de Enfermería señalan que son unos 80 los que todavía están sin vacunar. En marzo ya mostraron su «malestar» ante la situación ante la Conselleria de Sanidad, a la que remitieron una carta, y activaron una lista en la que se podían inscribir estas personas para que se agilizara el proceso. Desde el Colegio de Enfermería insisten en que durante este tiempo se han dedicado a informarles en todo lo posible y siguen reclamando frente a conselleria y ministerio.

El caso comentado anteriormente no es el único al que ha tenido acceso este diario. Otro de ellos es el de un enfermero en una gran compañía que se dedica al control de salud laboral en el que está incluido la realización de pruebas diagnóticas y rastreo de contactos estrechos de estas personas. «En el último mes he podido hacer unas 50 o 60 pruebas de las que alguna ha dado positivo, estoy en primerísima línea», protesta.

El resto de sus compañeros de Enfermería en la empresa, a la que se incorporó en el mes de marzo, explica, sí que se han vacunado porque trabajan en los hospitales públicos donde se comenzó la vacunación en enero o en hospitales privados donde se realizó en el mes de febrero. Desde que llegó pidió a la mutua vacunarse, pero esta le dio largas y a partir del 29 de marzo aseguraron que ya era competencia de la Conselleria de Sanidad.

Una de las enfermeras que estaba en esa lista sin vacunar hasta hace dos semanas era B. O., una enfermera en una clínica privada de diálisis donde tampoco habían inmunizado a la mayoría de sus compañeras según consta en su queja al Colegio de Enfermería. «Me vacunaron el pasado 15 de abril», indica por teléfono, dos meses más tarde que el resto de su gremio. «Hemos tenido que insistir, reclamar, presionar y por fin nos han vacunado», cuenta ahora la enfermera.