El fast ferry más innovador y sostenible del Mediterráneo, el Eleanor Roosevelt de Baleària, realizó ayer su primer viaje a las Baleares. El nuevo catamarán salió del puerto de Dénia a las 17.00 horas rumbo a Ibiza, donde llegó a las 19.00 horas para zarpar una hora más tarde en dirección a Palma, donde atracó a las 22.00 horas. Más de 400 pasajeros y 125 vehículos fueron los primeros en poder disfrutar de las comodidades e innovaciones tecnológicas que ofrece el primer fast ferry del mundo con motores duales a gas natural. La naviera ha invertido 90 millones de euros en este fast ferry.

El Eleanor Roosevelt llegó a Dénia el jueves procedente de los astilleros Armon de Gijón, donde ha sido construido. Se trata de un barco de alta velocidad pionero en el transporte marítimo internacional, que tiene como ejes principales la innovación, la sostenibilidad, el confort y la velocidad. La incorporación del catamarán, con capacidad para 1.200 personas y 450 coches, permite a Baleària incrementar en un 60 % la oferta de plazas de pasaje en alta velocidad en esta ruta y doblar la de vehículos.

Los pasajeros que estrenaron ayer el barco disfrutaron de servicios como diversas cafeterías, una food truck en la cubierta exterior y una zona infantil, así como de una plataforma gratuita de entretenimiento digital, videovigilancia de las mascotas, internet y cobertura de WhatsApp para mensajes de texto durante toda la travesía. Además, los pasajeros reciben la tarjeta de embarque a través de WhatsApp, con la indicación de la butaca asignada. Por otra parte, el nuevo catamarán cuenta con innovaciones de alta tecnología que reducen considerablemente el movimiento, las vibraciones y los ruidos, y los espacios interiores son amplios y luminosos para ofrecer una travesía cómoda.

El Eleanor Roosevelt es el séptimo buque de Baleària en usar gas natural que reduce las emisiones contaminantes y que el año pasado ya permitió a la naviera dejar de emitir 37.000 toneladas de CO2. Se calcula que anualmente el Eleanor Roosevelt reducirá las emisiones de dióxido de carbono equivalentes a eliminar más de 8.900 turismos convencionales o plantar casi 27.000 árboles.