El acusado del caso Emarsa que quedaba por juzgar, el empresario José Luis Sena, admitió ayer el saqueo de la empresa pública ante la sección primera de la Audiencia de València. Una confesión por la que aceptó cuatro años de cárcel al admitir que cometió malversación continuada y fraude.

Este empresario de Alaquàs era el único de los 24 acusados iniciales que quedaba por juzgar, ya que su abogado renunció poco antes de que comenzara el juicio principal de esta macrocausa, hace ahora justo cuatro años, en la misma sección primera de la Audiencia de València. Tras varios retrasos, los magistrados decidieron excluirlo del juicio para no provocar más demoras. Es el último juicio del caso Emarsa cuya instrucción comenzó en 2010 de la mano de las fiscales Virginia Abad y Ana Palomares, junto al magistrado del Juzgado de Instrucción 15, Vicente Ríos.

En una breve comparecencia, Sena admitió los hechos por los que ya fueron condenados el exvicepresidente de la diputación y exalcalde de Manises, Enrique Crespo, o el exgerente de Emarsa, Esteban Cuesta, en la cárcel desde el pasado 16 de noviembre para cumplir penas mucho más amplias (10 y 12 años de cárcel, respectivamente). Sena deberá ingresar en breve en prisión, ya que la sentencia es firme, y pagar de forma solidaria junto al resto de condenados la indemnización de 13.012.754 millones de euros, según el fallo dictado in voce en la sección primera de la Audiencia de València.