No son pocas las voces que sitúan a María José Català como la futura número dos del PPCV en el nuevo organigrama diseñado por Génova, pero lo cierto es que esta posible aspiración a la secretaría general autonómica supondría una acumulación de cargos para la también presidenta local en València, concejal y diputada en las Corts, que no solo se observa con recelos en ciertos sectores internos sino que, además, casa mal con los estatutos nacionales del partido. «No podrá desempeñarse más de un cargo territorial de presidente o secretario general ni acumularse a este más de un cargo de representación institucional, local, autonómica o nacional», reza el artículo 10 de las reglas internas como condición que deben respetar los afiliados para acceder a puestos públicos.
También el reglamento orgánico aprobado por el PP provincial subraya la necesidad de propiciar que ningún afiliado ocupe simultáneamente más de un cargo público u orgánico. Las fuentes consultadas, en cualquier caso, recalcan que el Comité Ejecutivo Nacional puede aprobar excepciones a las incompatibilidades y son múltiples los casos de dispensa otorgados por Génova, algunos de ellos muy recientemente en Andalucía, donde la cuestión ha generado discrepancias en varias provincias. Los propios estatutos, que en la práctica también alejarían a Català de la opción de ser síndica parlamentaria, cuestionan incluso la actual acumulación de cargos de quien dentro de poco deberá centrarse en intentar recuperar la alcaldía de València para el PP.
