No actuar como simples vendedores. Es la reivindicación que expresan los farmacéuticos ante la posibilidad de que en sus establecimientos se puedan adquirir los famosos tests autodiagnóstico de la covid. El borrador del real decreto del Ministerio de Sanidad ha abierto la puerta a esta posibilidad tras meses de peticiones denegadas, pero además de mostrar cierta satisfacción, desde el colegio profesional farmacéutico reclaman que los propios facultativos conozcan el resultado.

"Los tests autodiagnósticos son útiles siempre y cuando estén asistidos y registrados por parte de personal sanitario y sociosanitario como somos los farmacéuticos, sino puede ser ineficiente", expresa el secretario del Micof (el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos), Vicent Colomer. Este matiz supondría eliminar el adjetivo de "auto" ya que no serían pruebas que se comprasen y se llevasen a casa para, posteriormente, comprobar si se está o no infectado de covid.

Colomer explica que es fundamental que el test sea realizado por un profesional, en un centro sanitario, "como es una oficina de farmacia" y que, además, se tenga un control de los casos. "Está muy bien hacerse un test para saber si se es positivo o no, pero quien lo ha de saber es Salud Pública, si el resultado de la prueba es positivo lo ha de saber Sanidad para que se tomen las medidas oportunas de aislamiento y rastreo a contactos estrechos", desgrana este farmacéutico comunitario.

Para ello, Colomer insiste en una "eterna demanda" que es la de poder acceder al historial sanitario de los pacientes, "saber qué enfermedades tiene o qué medicación se suele tomar", y que en estos casos serviría para poder informar de manera directa en caso de un resultado positivo. "Ahora tenemos acceso a una receta electrónica, es casi instantáneo, se podría hacer algo parecido a nivel más general", añade el secretario del Colegio de Farmacéuticos.

Sin embargo, más allá del matiz, desde el Micof ven con satisfacción el borrador del Ministerio de Sanidad al considerar que la realización de estos tests en las oficinas de farmacia supone poder descolapsar la Atención Primaria al hacerlo en espacios que consideran que están "más tiempo abiertos, que son más accesibles, con una atención más ágil y que son más cercanos" al haber más número de estos.

Hasta hace unos meses la realización de este tipo de tests en las farmacias provocaba más división especialmente porque para ello había que habilitar un espacio específico y los profesionales debían lidiar con el riesgo de atender a personas que podían ser positivas en covid y, por tanto, contagiosas. La vacunación de este colectivo profesional permitiría afrontar estas tareas de forma segura. Sin embargo, desde el Micof recuerdan que la inmunización no ha llegado a todos los facultativos.

"Todavía quedan 1.000 farmacéuticos sin vacunar en la provincia de València", lamenta el secretario del Colegio de Farmacéuticos de València, Vicent Colomer, quien denuncia que estos llevan varias semanas esperando. El problema es que este sector profesional se estaba vacunando con AstraZeneca, un fármaco que ha sido suspendido para los menores de 60 años dejando a la espera de su inmunización a cerca de un millar de farmacéuticos, a la que se suma la incógnita de la segunda dosis para los de menos de esta edad.