La Comunitat Valenciana ha cerrado 2020 con un déficit estructural del 2% del PIB, el mayor de entre todas las comunidades autónomas, según el último informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).

A nivel general, el déficit estructural de las comunidades autónomas en 2020 fue de 1% del PIB, lo que supone un empeoramiento de medio punto con respecto al valor de 2019. «Esto demuestra que las regiones en su conjunto no están saneadas en términos estructurales», se señala en el estudio titulado 'El saldo estructural de las CC.AA. 2018-2020', elaborado por Manuel Díaz y Carmen Marín.

Sin embargo, esta situación es muy heterogénea entre las diferentes regiones. Por un lado, la situación estaría saneada (superávit estructural) en Asturias, Canarias, País Vasco y Navarra, mientras que en el lado más preocupante estarían la Comunitat Valenciana y Murcia, con un déficit estructural del 2% y el 1,8% del PIB, respectivamente.

Aunque a corto plazo resulta vital atender a las urgencias económicas, sociales y sanitarias provocadas por la pandemia, desde Fedea creen que es un «buen momento» para diseñar y poner en marcha una estrategia fiscal a medio plazo que garantice la sostenibilidad de las cuentas públicas a partir de 2022, cuando «se va a complicar notablemente la situación presupuestaria por el efecto de la liquidación del sistema de financiación autonómico de 2020».

Por su parte, las comunidades autónomas cerraron el año 2020 con un déficit presupuestario del 0,2% del PIB, lo que supone una mejora de cuatro décimas con respecto a 2019 y el mejor cierre en los últimos 15 años.