Si todas las personas de más de 65 años vivieran juntas sin contacto con aquellos que cuentan con menos años en su DNI lo harían en una sociedad con inmunidad de rebaño frente a la covid. Ocho de cada diez de los casi 1,3 millones nacidos antes de 1961 ya cuentan con una dosis de la covid mientras que casi un 40 % dispone de la pauta completa. Unas cifras que permitirían a esa sociedad condicional solo formada por la tercera edad vivir con números de «nueva normalidad».

El comúnmente conocido como semáforo del Ministerio de Sanidad muestra en verde, con el «nivel mínimo de riesgo», la incidencia acumulada de la última semana para el colectivo de más de 65 años. Este es uno de los ocho indicadores que marcan el nivel de alerta de cada territorio ante la pandemia. Así, en el resumen semanal, la tasa de contagios se sitúa en los 9 casos por 100.000 habitantes en la última semana para los mayores de 65 y en los 23 si se contabiliza en 14 días.

Las cifras suponen estar en números de «nueva normalidad», fuera de todo riesgo, en los contagios semanales y en el nivel de alerta baja en el bisemanal a apenas tres puntos del riesgo mínimo. ¿Es todo gracias a la vacunación? No, de hecho, la Comunitat Valenciana está en cifras similares de inmunización a mayores al resto de autonomías y, no obstante, es la que mejores datos tiene de España en estos apartados, igual que en aquellos que tienen que ver con contagios.

Sin embargo, las diferencias entre las incidencias de mayores de 65 y las de la población general son notables y pese a que en ambos casos son bajas, la de aquellos que suman más de 65 años son de prácticamente la mitad. Mientras que en la población general la incidencia en 7 y 14 días es de 23 y 45, en los mayores es de 9 y 23. El efecto de las vacunas de evitar, no solo la enfermedad grave sino también el contagio, se nota en este segmento.

Cierto es que durante toda la pandemia este colectivo ha tenido menos incidencia porque cada contagio tenía mucho más riesgo de acabar en fallecimiento (las personas de más de 60 años representan el 95 % de los muertos por covid). No obstante, sus incidencias eran ligeramente inferiores, no la mitad como la es ahora. Esta distancia irá aumentando en las próximas semanas.

En primer lugar, porque el porcentaje de vacunados de más de 60 aumentará ya que se prevé tenerlo terminado, con primera dosis, a finales de mayo. Y en segundo porque el efecto inmunizador no es inmediato sino que alcanza su máxima capacidad con el consiguiente desarrollo de los anticuerpos necesarios a partir de la tercera semana de la pauta completa que, en tres de las cuatro vacunas, necesita de un segundo pinchazo.

De momento, se ha terminado la vacunación con dos dosis en los mayores de 80 años, casi el 90 % de los septuagenarios disponen de una dosis y un 43 % la segunda mientras que casi el 60 % de las personas de entre 60 y 69 años los que tienen una dosis y no llegan al 5 % la segunda, un hecho que se debe a que al ser vacunados con AstraZeneca hay una separación superior entre ambas inyecciones.