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Protegidos para recuperar la vida

La pandemia aumenta las depresiones entre mayores de 65 años que viven solos

Protegidos para recuperar la vida

«Hay personas mayores que llevan desde marzo de 2020 sin salir de sus casas. Un año y medio encerrados. Y ya están vacunados, pero sus hijos y también ellos tienen miedo. ¿Miedo a qué? La vacuna es la esperanza y no hay que temer a la muerte. Aun así, si se tiene miedo se pone uno doble mascarilla o evita zonas muy masificadas, pero hay que salir y hay que visitar a nuestros mayores en cuanto estén vacunados. Así no se puede vivir. Deben retomar sus vidas y alejar el miedo o morirán, pero de tristeza». Es la voz de Cristina Latorre, especialista en geriatría desde hace más de 25 años quien recalca que la falta de especialistas para este colectivo evidencia las carencias de un sistema que la pandemia ha sacado a la palestra.

La pandemia provocada por la covid-19 ha perjudicado la salud mental de las personas mayores de 65 años que vivían solas al romper sus rutinas y obligarles al aislamiento. En eso coinciden todas las fuentes consultadas. Los expertos en geriatría aseguran que sufren más depresiones los mayores de 65 años que los jóvenes ya que sus problemas de movilidad no se tratan de manera adecuada, y el entorno familiar y social, además, no está preparado para acompañarles en sus dolencias ni físicas ni psíquicas.

Y con todo, llegó la pandemia y las consultas se llenaron de frases como «ha envejecido más en este año que en una década», «está muy despistado y se le olvidan las cosas», «ya no es la que era» o «tiene muchos miedos y manías».

Recuperar el tiempo perdido

Pero también ha llegado la vacuna y con ella quienes trabajan con el colectivo de personas mayores de 65 años aseguran que es el momento de acabar con esa soledad impuesta y recuperar el tiempo perdido.

En 2020, en la Comunitat Valenciana había 542.000 personas mayores viviendo solas y casi la mitad (231.000) tenían más de 65 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística. La previsión es que dentro de 15 años (2035 ) haya 137.296 personas más que vivan solas. Sin embargo, no es lo mismo la soledad elegida que la impuesta. En España había 4.889.900 personas viviendo solas el año pasado, de las que el 43,6 % tenían 65 o más años.

La psicóloga clínica y neuropsicóloga Anabel Campos García asegura que las consecuencias de la pandemia para los más mayores ha sido « un empeoramiento cognitivo generalizado y un aumento de trastornos del estado de ánimo». Y es que lo que no es una depresión, sí es un cuadro «de tristeza» evidente.

Tanto Cristina Latorre como Anabel Campos alertan del «cambio» experimentado en personas mayores «que eran autónomas, independientes, quedaban con las amigas a jugar a las cartas o con los amigos a almorzar y han envejecido de golpe, han enfermado de tristeza» por lo que las dos especialistas animan a recuperar las rutinas.

Es más, aseguran que el cambio se producirá de forma más evidente cuando abran los centros de mayores y se retomen las actividades algo, que, sin embargo, no parece que vaya a llegar hasta después del verano. Otro de los factores que destacan es cómo les ha afectado de forma negativa la falta de comunicación directa, presencial y fluida con sus médicos de familia.

«Si están vacunados hay que salir de casa. Es necesario. Hay que abrazarles, hay que animarles y hay que acompañarles. Deben recuperar sus rutinas», afirma Anabel Campos. De la misma opinión es Cristina Latorre. «Aunque sea ir a la frutería a comprar un tomate, bajarse al bar a tomar un café o visitar a los amigos. Eso también es salud», concluye.

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