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El congreso ‘tranquilo’ que desea Génova para el PPCV se embarra

El pulso del alcalde de Ayora caldea el ambiente y aleja el cónclave de integración

El alcalde de Ayora y aspirante a presidente del PPCV, José Vicente Anaya. | F. BUSTAMANTE

Con la renuncia de Isabel Bonig, la dirección nacional del PP logró lo más difícil para despejar el camino al presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, hacia un congreso ‘tranquilo’ con la integración como bandera. Lo más fácil debía haber sido disuadir al alcalde de Ayora, José Vicente Anaya, de sus aspiraciones de concurrir a unas primarias que Génova no desea a pesar de que tiene la partida ganada de antemano. Pero Anaya se resiste y ayer hizo un movimiento que ha caldeado el ambiente precongresual y agrieta esa imagen de unidad en torno al líder alicantino.

En un comunicado, Anaya informó de su renuncia al cargo de coordinador general del PP en la provincia de València al tiempo que exigió que Carlos Mazón siguiera su ejemplo y dejara la presidencia del PP en Alicante. Un paso que, según defendió, garantizaría «limpieza e igualdad» de condiciones entre candidatos.

En realidad, el alcalde de Anaya estaba ya fuera de la dirección provincial de València. Fue destituido en diferido por el presidente provincial Vicente Mompó el día siguiente de anunciar su intención de concurrir a congreso. Un anuncio sorpresa que pilló con el pie cambiado a Mompó. Formalmente, el cese se vistió como un remodelación de la cúpula directiva al entender que la aspiración de Anaya de presidir el partido sería una distracción para su trabajo como coordinador. Anaya usó este argumento para pedir a Mazón el mismo sacrificio y evitar la «doble vara de medir».

La jugada sentó como un tiro en la dirección provincial de Valencia, desde donde se recordó que Mompó remodeló su ejecutiva porque había perdido la confianza en su número dos después de que, a sus espaldas y durante meses, promoviera su candidatura sin informarle. Una deslealtad, entienden, en toda regla. Este fue el motivo, indicaron, y no la incompatibilidad de ocupar un cargo orgánico y se presidenciable.

Ante el comité de garantías

Anaya, sin embargo, ha anunciado que llevará el asunto al comité de derechos y garantías. Además, ha solicitado al comité organizador que la votación de candidaturas y compromisarios no se produzca en las sedes locales y piden urnas comarcales que agrupen varios municipios para garantizar al máximo el anonimato. Desde el arranque del precongreso, su equipo está denunciando una agresiva recogida de avales por parte del equipo de Mazón y aseguran que entre cargos y militancia hay miedo a las represalias.

Aunque aún queda mucho hasta el tres de julio, fecha del congreso, de momento Mazón tendrá que lidiar con un contrincante sin opciones pero cuya solvencia no le niegan ni sus ahora oponentes. Anaya apenas ha logrado el respaldo público del alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, pero cuenta con el aliento del foro constituido en torno al expresidente Francisco Camps, cada vez más activo y molesto para el PPCV.

Mazón, a quien en el PP se le reconoce su habilidad en el trato corto, intentó sin éxito disuadir a Anaya en una reunión el viernes. Ayer dijo que sigue esperanzado en que acepte su oferta. El alcalde de Ayora es consciente de que carece de opciones, pero intenta forzar para mejorar su posición de cara a la integración. Voces en el partido consideran que es un error y que ir a las urnas podría ser el fin de una carrera política que se impulsó de la mano de la futura secretaria general del PP, Maria José Català, y que ahora podría no ser reconducible.

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