El mayor tiene 4 años, se llama David y se lleva diez meses con sus dos hermanos mellizos, Alan y María. Los tres tienen el mismo diagnóstico: Trastorno del Espectro Autista (TEA), aunque en diferentes grados y con sus particularidades y personalidades. Ninguno de los tres habla. David es muy sensible a los ruidos. María, a los sitios concurridos.

Sus padres se mudaron a un chalet en Llíria en busca de aire libre para los críos y ahora recaudan fondos para conseguir un perro de asistencia entrenado para convivir y ayudar a sus hijos con autismo. Las terapias con animales están a la orden del día, aunque solo las familias que se lo pueden permitir tiene acceso a ellas. Lo que es novedoso es que el animal, adiestrado, viva y conviva con la familia para ayudar a los pequeños con TEA a calmar sus estrés, a superar las crisis, a evitar las fugas, a comunicarse, a reducir la ansiedad ante los cambios.

Beneficios infinitos

Los beneficios son infinitos y la limitación solo es una: los 21.000 euros que cuesta el animal, su entrenamiento, sus cuidados y su evolución para que conforme crezca el niño, el animal adquiera nuevas habilidades.

La familia Ramos Soler ya lleva la mitad de la recaudación y espera el día en el que el animal forme parte de sus familia porque saben que ese momento «supondrá un antes y un después en nuestras rutinas y cambiará la vida de nuestros hijos con TEA».

Ese es el objetivo de DogPoint, la única entidad que se ha especializado en perros de servicio para niños con TEA en España y que ya cuenta con 18 familias que recaudan fondos y 50 en lista de espera.

«La falta de recursos económicos no puede ser un impedimento para acceder a un perro de asistencia. Las familias emplean mucho dinero en terapias privadas, en adecuar las viviendas y nuestro objetivo es mejorar sus vidas con un animal entrenado», asegura Olivia De Matteis Skell, una joven emprendedora de un proyecto pionero que pone a disposición de las familias recursos para la recaudación de fondos. Desde calendarios solidarios hasta mercadotecnia, rifas y diversos actos. Todo suma.

La vida de la familia Ramos Soler no es fácil. La madre solicitó el cambio al turno de noche en la empresa donde trabaja (Mercadona) para poder atender a sus hijos de día junto al padre de familia, integrante de las Fuerzas Armadas.

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500 euros al mes por terapia

La problemática denunciada por Levante-EMV sobre los Centros de Atención Temprana (CAT) es, de nuevo, una realidad y David fue dado de alta al cumplir los 4 años.

«Pagamos a una estudiante tres tardes a la semana para que venga a casa a hacer terapia privada. Nos cuesta 500 euros al mes y es un precio económico. A los mellizos les pasará lo mismo en cuanto cumplan 4 años. Para el mayor estamos en lista de espera dos años para un centro privado que cuesta unos 1.000 euros al mes, y ni con esas. Los apoyos del colegio no son suficientes», explica Pilar, una madre que tiene grandes esperanzas en la ayuda que supondrá el perro de asistencia en su hogar y en la terapia de sus hijos.

«Mis hijos no atenden a órdenes y no ven el peligro. Eso es lo que más me preocupa y sé que el perro de asistencia nos ayudará mucho. Son tres niños con TEA y la vida es difícil pero cada vez queda menos», concluye Pilar.

Para que la familia pueda recaudar fondos con las que sufragar el coste del animal que les acompañará en la crianza de sus hijos con TEA se ha habilitado la plataforma "mi grano de arena", que se puede encontra en https://www.migranodearena.org/reto/ayudando-a-david-maria-y-alan