La empresaria valenciana y experta en la creación de variedades de rosas, Matilde Ferrer Sena, ha presentado esta semana en Madrid su última creación, la rosa Ramón y Cajal, que se ha colocado en el jardín del Hospital 12 de Octubre, dentro de un ciclo de homenaje a premios nóbeles.

Ferrer recibió el encargo en 2019 del equipo encargado de la programación cultural del centro hospitalario, donde habitualmente se organizan conferencias, exposiciones y conciertos, que pueden disfrutar las y los pacientes, de forma directa (ahora con aforo reducido), o a través de las pantallas de las televisiones de sus habitaciones, de modo telemático.

Matilde Ferrer ha elegido para bautizar con el nombre del científico, que recibió el Nobel en 1906, una rosa de color amarillo intenso, apropiada para la jardinería pública, que necesita poco mantenimiento porque es "muy resistente" y que puede ludir sola en un espacio verde o en combinación con otras especies, "con las que juega muy bien".

Rosa "Ramón y Cajal". L-EMV

La presentación de la rosa y el descubrimiento del punto donde se ha plantado en el jardín se realizó este jueves en un acto reducido, en el que Ferrer impartió una conferencia junto con el neurobiólogo del Instituto Cajal del CSIC, Javier de Felipe, que comparó las espinas de las rosas con las del cerebro.

Una rosa de Alaquàs para Ramón y Cajal

Una rosa de Alaquàs para Ramón y Cajal L-EMV

La rosa "Cajal", como ya se la conoce, sigue a otras variedades creadas por Ferrer en los últimos años para este centro hospitalario como la dedicada a la escritora Concha Espina y la que presentará en las próximas semanas con el nombre de Margarita Salas.

Rosa "Clotilde Sorolla"

También la investigadora botánica Ferrer presentará en Madrid la semana que viene la rosa creada hace un par de años en honor a Clotilde García del Castillo, esposa del pintor valenciano Joaquín Sorolla, un encargo que recibió de la biznieta de ambos, Blanca Pons-Sorolla. La pandemia ha aplazado este acto, previsto para hace un año, en la casa museu que el autor tiene en Madrid, donde los jardines tienen gran protagonismo.

Según revela Matilde Ferrer, la rosa es una variedad de color crema, con muchos pétalos, también de jardineróa exterior y "sobre todo, muy aromática". Cuando recibió el encargo de Blanca Pons-Sorolla y le mostró algunas de las creaciones recientes, "le llamó la atención que una de ellas era como la que su abuela lucía en la cintura de un vestido, en una de las obras en las que la retrató su marido".

La rosa, bautizada con el nombre de Clotilde Sorolla, ya ha sido inscrita oficialmente en catálogos internacionales. En su presentación, se dejarán cinco macetas con esta variedad para ser introducidas con posterioridad en el jardín de la Casa Museo Sorolla, "donde su paisajista crea conveniente".

Una larga trayectoria

Matilde Ferrer lleva décadas dedicada a la creación y producción de njuevas variedades de rosas, que visten con posterioridad espacios de referencia en ciudades españolas y europeas. En 2018, creó la rosa Castell d'Alaquàs (su población natal y donde su padre, Francesc Ferrer, iniciador de la saga, tiene un centro municipal de formación a su nombre) con motivo de la celebración del centenario de la protección del palacio como monumento nacional.

La rosa Castell d'Alaquàs, como ya informó Levante-EMV, viste lugares emblemáticos como la rosaleda del Parque Oteste de Madrid o los jardines de diversos palacios europeos. Ferrer es además presidenta de la Asociación Española de la Rosa, cargo que también tuvo su padre.