Alarma, sorpresa y perplejidad. Son los términos empleados por dos pesos pesados del socialismo valenciano, como son José Luis Ábalos y Manolo Mata, para referirse a la última operación anticorrupción que ha arrastrado a varios cargos públicos en activo y exdirigentes vinculados a su partido. «Me parece una cosa rarísima del año 2006 que parece un sinsentido. Estamos a lo que estamos», declaró Mata -síndic del PSPV- sobre la detención del exsubdelegado del Gobierno, Rafael Rubio, que confió en que se resuelva «de manera positiva». Por su parte, el ministro de Transportes y Movilidad y secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, expresó su «alarma y sorpresa» por el arresto de Rubio, que fue su sustituto al frente de la secretaría local del PSPV en València. Ábalos reconoció que el exconcejal estaba imputado cuando fue nombrado subdelegado del Gobierno, aunque aseguró que se trataba de una cuestión distinta por un caso de supuesta malversación derivado de la presunta contratación de asesores que cobraban sin trabajar en la diputación.