Con el transcurso del tiempo, gran parte de la sociedad ha desarrollado una conciencia ecológica sobre la necesidad de reciclar y dar una nueva vida a los residuos que cada uno genera para vivir en un mundo más sostenible. No obstante, existe un tipo de residuos que son desconocidos por muchas personas y que tienen un gran impacto: los invisibles.
Se denomina de esta forma a la gran cantidad de residuos generados durante el proceso de fabricación de los productos que se consumen normalmente. Se crean a lo largo de la cadena de producción y distribución de cada producto. Una gran parte de ellos no se recicla y acaba en vertederos e incineradoras.
Estos se pueden encontrar en elementos habituales de la vida diaria. Por ejemplo, un teléfono móvil genera durante su fabricación cerca de 86 kilos de residuos. Todo ello sin contar la energía utilizada y el dióxido de carbono (CO2) producido en el proceso, gas que contribuye al efecto invernadero.
Lo mismo ocurre con un ordenador portátil: en su producción, genera una huella de 1.200 kg de residuos y emite en torno a 210 kg de CO2. La fabricación de un par de pantalones de algodón genera 6,3 kilogramos de emisiones de este mismo gas y alrededor de 25 kg de residuos. Las compañías dedicadas al reciclaje juegan un papel importante en este sentido.
La producción de un ordenador portátil genera unos 1.200 kg de residuos y emite cerca de 210 kg de CO2
Ejemplo de ello es el Grupo Reciclamás, una empresa de la Comunitat Valenciana que, desde hace más de 30 años, se dedica a la gestión integral de residuos en València, Castelló y Alicante. Luis Mas, su director general ejecutivo, destaca la importancia del reciclaje, ya que los residuos generados pueden volver aprovecharse y, así, tener nuevos usos.
Mas explica que, una vez que los desechos llegan a las plantas de reciclaje de su empresa, los clasifican y extraen más de 20 tipos distintos, como aluminio, acero o papel blanco, entre otros. Una vez realizada la diferenciación, cada uno de ellos se destina a su fábrica correspondiente.
No todo es reciclable
Sin embargo, no todos los productos pueden pasar los procesos de las plantas de reciclaje. El director expresa que esto se debe, en parte, a que muchos de los artículos que sacan al mercado las empresas están formados por un gran número de compuestos distintos.
Así pues, cuanto menor cantidad de compuestos conformen cada producto, más fácil será su reciclaje. En este sentido, las empresas adquieren un rol fundamental. Mas indica que «la filosofía de las empresas debería ser sostenible en todos los ámbitos» y llevar a cabo políticas responsables con el entorno.
El peligro de los vertederos
Y es que, aquellos residuos que no se pueden reciclar, se desechan. ¿Su destino? Los vertederos. Estos suponen un grave peligro para el medio ambiente por varios motivos. En primer lugar, emiten a la atmósfera biogás, una mezcla formada principalmente por gas metano (CH4) y CO2.
Además, pueden contaminar suelos y aguas subterráneas, así como producir una alteración de la fauna silvestre. Ante esta situación, la postura de Más es clara: «Los vertederos tendrían que desaparecer».
Algunos productos son muy difíciles de reciclar debido al gran número de compuestos que los forman
Algunos de los componentes más difíciles de reciclar son verdaderamente comunes: los envoltorios de los chicles o las tapas de los bolígrafos. No obstante, el directivo afirma que estos elementos, mediante una serie de procesos químicos, sí pueden trasformarse en energía gaseosa aprovechable.
Por otro lado, el transporte de mercancías es una pieza más de este entramado. El desplazamiento de los productos a través de vehículos que emitan gases contaminantes tiene un impacto ambiental negativo. «La huella de carbono y el reciclaje van de la mano», aclara Luis Mas.
Un consumo responsable
Frente a esta problemática, se plantean distintas soluciones. La más conocida es, quizá, la regla de las tres R: reducir, reusar y reciclar. Asimismo, se puede contribuir mediante hábitos como el paso a productos reciclables y que hayan sido reciclados en las plantas.
De igual modo, se debe intentar que todos los residuos sean procesados por plantas de tratamiento. El aumento de la vida útil de los productos reduce la necesidad de una nueva producción y, por lo tanto, la cantidad de residuos producidos durante la fabricación de ellos.
Pero, posiblemente, la mayor solución se base en la reducción del consumo. El consumo masivo de productos conlleva el aumento de los desechos. Las cifras así lo demuestran. En 2018, el INE publicó un informe que mostraba que las empresas gestoras de residuos urbanos recogieron 22,7 millones de toneladas de residuos, un 0,8 % más que en 2017.
Esto significa que, por persona, se generaron alrededor de 485,9 kilogramos en dicho año. El director de Reciclamás insiste, en este sentido, en la necesidad de reciclar y de, especialmente, ser responsables con el consumo. Porque ser sostenibles «debería nacer de nosotros», concluye Mas.
Impacto del reciclaje en València
Riba-roja Riba-roja pone en marcha el Plan Local de Residuos para una gestión eficiente
El Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha iniciado la redacción del Plan Local de Residuos. El documento establecerá la regulación detallada de la gestión de los residuos del municipio conforme al Plan Integral de Residuos y al Plan zonal y planificará a futuro la gestión de las fracciones de residuos que se generan en el municipio.
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Las claves del éxito del reciclaje en Quart de Poblet
Reciclaje y limpieza de las calles. Esos son algunos de los principales objetivos que se marcó el Ayuntamiento de Quart de Poblet hace varios años. Y lo están consiguiendo. La cantidad de envases ligeros y de plásticos depositados en los contenedores amarillos se ha duplicado en dos años.
En 2018 la ciudadanía depositó en este contenedor 279 toneladas mientras que en 2020 la cantidad ascendió a las 440. Un incremento similar ocurrió en el resto de contenedores. ¿El éxito? Innovación, información a la ciudadanía y originalidad.
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Si más reciclas, menos pagas en el Consorcio Palancia-Belcaire
El Consorcio Palancia-Belcaire, Área de Gestión C3/V1 de la Comunitat Valenciana, ha aprobado las bases reguladoras para otorgar subvenciones, mediante disposiciones dinerarias del consorcio para la ejecución de las previsiones del Plan Zonal de Residuos de las Zonas III y VIII, a los contribuyentes que aporten residuos a la red de ecoparques del Consorcio a través del proyecto «Si más reciclas, menos pagas», ejercicio 2020.
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El CVI pone el foco en los biorresiduos para cerrar el círculo
El Consorcio Valencia Interior, que gestiona los residuos de 60 municipios de cinco comarcas de interior de la provincia de València, anda inmerso en la ejecución de dos programas relacionados con los biorresiduos, fracción clave de cuyo manejo depende alcanzar los objetivos marcados en la normativa ambiental.
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Torrent apuesta por contenedores orgánicos inteligentes
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Las pruebas se han dividido en dos espacios: las zonas de grandes productoras de materia orgánica y zonas domiciliarias. En la primera, se han distribuido cuatro contenedores de 1.800 metros cúbicos en los centros de educación: Miguel Hernández, Federico Maicas, Antonio Machado y Les Terretes.
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