Más de un millón y medio de trabajadores esenciales menores de 60 años, como profesores o policías, se quedaron en el limbo a principios de abril. Tras haber recibido la primera de las dos dosis de la vacuna de AstraZeneca, el Gobierno central decidió que paralizaba la inoculación de este fármaco en el colectivo debido a unos muy infrecuentes trombos, potencialmente mortales, cuya aparición, dentro de su extrema rareza, era más común en las personas más jóvenes.

Desde entonces, todas los afectados estaban a expensas de una decisión que lleva semanas retrasándose, sin saber qué pasará con su segundo pinchazo. En algunos casos, el plazo máximo para recibir esa segunda dosis expira ya el próximo lunes, 24 de mayo. Y de momento, el Ministerio de Sanidad pactó ayer con las comunidades autónomas que los vacunados con AstraZeneca reciban una segunda dosis de Pfizer. La reunión se celebró dentro de la Comisión de Salud Pública.

El Ministerio de Sanidad abordó esta decisión con mucha calma. Tanta, que aceptó rebasar el límite de 12 semanas entre un pinchazo y otro que recomienda la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y el prospecto del propio fármaco. El ministerio amplió su administración a 16 semanas y dejó claro que no movería ficha hasta conocer los detalles preliminares de un estudio, llamado CombivacS e impulsado por el Instituto de Salud Carlos III, que ayer concluyó que las personas vacunadas con una primera dosis de AstraZeneca a los que se les administró una segunda de Pfizer aumentaron su respuesta inmunitaria frente al virus, sin que se incrementasen los efectos secundarios.

En este escenario, varias comunidades autónomas han dejado claro en los últimos días que no comparten el enfoque adoptado por el Gobierno. Madrid defendió desde el primer momento que la segunda dosis debía ser de AstraZeneca, e incluso advirtió de que si el Ejecutivo central no adoptaba pronto una decisión, la comunidad completaría la pauta con esta misma vacuna. Andalucía, Galicia y Cataluña argumentaron, en el mismo sentido, que esta es la mejor opción.

Segura y eficaz

«Las personas que han recibido una dosis de AstraZeneca pueden recibir de manera eficaz y segura una dosis de Pfizer», señaló durante la presentación del estudio Jesús Antonio Frías, uno de los coordinadores del trabajo llevado a cabo con más de 600 voluntarios en cinco hospitales españoles. Los participantes se dividieron en dos grupos: 442 recibieron una segunda inyección de Pfizer, mientras 232, que habían sido inoculados también con una primera de AstraZeneca, no recibieron ninguna otra vacuna, para comprobar la diferente reacción entre ambos.

El primer colectivo multiplicó por 120 su respuesta inmunitaria una semana después de la segunda vacuna; su respuesta defensiva neutralizante, por siete. En los ensayos similares con una segunda dosis de AstraZeneca, la respuesta en este último apartado se multiplicaba por entre tres y cinco.

El estudio español, sin embargo, contrasta con otro similar llevado a cabo en el Reino Unido. Los investigadores observaron allí un gran incremento de los efectos secundarios leves entre los inoculados con una segunda dosis de Pfizer. Sin embargo, los investigadores españoles aconsejaron en la presentación de los resultados no comparar trabajos con metodologías diferentes.

La evolución de la pandemia

En este escenario, según datos de Sanidad, 15.495.889 -el 32,7 % población- de españoles han recibido alguna dosis hasta la fecha. De este cómputo, 8.172.463 de ciudadanos tienen la primera dosis y 7.323.426, el 15,4 % de la población, cuenta con la pauta vacunal completa.

Mientras, la incidencia acumulada por covid en 14 días descendió ayer 4,3 puntos, hasta los 147,5 casos por cada 100.000 habitantes, lo que sitúa a España en situación de riesgo medio de transmisión (por debajo de 150), en una jornada en la que hubo 70 muertes más y 3.988 nuevos contagios -2.264 de ellos en 24 horas-, con la presión uci bajando hasta el 18,03%.