El desembarco en València de nueve ministros y un presidente del Gobierno en un lapso de seis días no es algo habitual, pero tampoco puede considerarse como un hecho aislado o anecdótico. La ciudad se ha ido consolidando en los últimos meses como el lugar predilecto para los grandes cónclaves de la izquierda nacional, el espacio que todo líder quiere pisar, un polo de atracción que ha ganado atractivo por los excelentes datos sanitarios registrados en la Comunitat Valenciana y como banco de pruebas de un modelo que se ha señalado como la antítesis de las políticas desplegadas por Isabel Díaz Ayuso en Madrid.
La semana comenzó con la imagen de Irene Montero fundiéndose en un caluroso abrazo con la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, antes de situar las políticas del Botànic como un ejemplo en la gestión de la emergencia sanitaria, económica y social en la principal plaza controlada por una coalición progresista de la escena regional. Quizás por eso ha sido el lugar escogido por UGT para su último Congreso Confederal, por el que entre ayer y hoy debían desfilar hasta siete ministros y Pedro Sánchez. También estemartes, el Jardí del Botànic de València se confirmó como la plataforma de lanzamiento desde la que el próximo sábado Ione Belarra presentará oficialmente su candidatura para liderar Podemos -arropada por los primeros espadas de la cúpula estatal del partido- en el pistoletazo de salida de la primera asamblea estatal que celebra la organización morada en su nueva etapa posterior a la marcha de Pablo Iglesias.
La vía valenciana
La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 ya estuvo hace menos de un mes en pleno corazón del cap i casal acompañando al vicepresidente segundo del Consell, Rubén Martínez Dalmau, en la visita a unas viviendas sociales. Allí reivindicó «la vía valenciana como alternativa real para garantizar el derecho a la vivienda».
En marzo fue el PSOE el que, por boca del ministro José Luis Ábalos, anunció que València sería la sede de su Congreso Federal de octubre, una cita crucial en la consolidación del liderazgo de Pedro Sánchez.
La concentración de grandes eventos a nivel orgánico se combina con una retahíla de visitas institucionales de altos cargos del Gobierno que se han intensificado tras el batacazo de los socialistas y los morados el 4M en Madrid, un resultado que a su vez ha catapultado al PP en las encuestas.
Las estrategias de los grandes partidos posan ahora el foco sobre la Comunitat Valenciana, la autonomía más poblada que sigue en manos de la izquierda y donde los populares comienzan a rearmarse.
Podemos busca acentuar la descentralización de su actividad y visibilizar su papel en la periferia, de ahí su apretada agenda en suelo valenciano, desde donde, en palabras de Belarra, «está viniendo un cambio que no se ve porque el foco mediático está siempre sobre Madrid, pero que está transformando nuestro país». La elección de València también supone un espaldarazo a la coordinadora autonómica, PIlar Lima.
