Ayer fue el primer domingo en el que el punto de vacunación masiva habilitado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València se mantuvo abierto y funcionando a pleno rendimiento pese a ser no laborable. Por allí pasaron en torno a 4.000 personas nacidas entre 1962 y 1965, es decir, de entre 56 y 59 años de edad, el grupo en el que se ha focalizado el proceso durante toda la pasada semana. Se administraron sueros de Moderna y Pfizer, que requieren de dos dosis, y también de Janssen, que necesita de un único pinchazo.

Casi cinco meses después del inicio de la vacunación y con el proceso de inmunización cogiendo velocidad de crucero, las cifras constatan cada vez más a las claras que todos los sueros que se vienen administrando contra la covid funcionan. En la Comunitat Valenciana, las cifras de fallecidos en abril y mayo se han desplomado a un ritmo muy superior (-93 %) al que lo han hecho los contagios (-53 %) respecto a los meses previos, lo que tiene mucho que ver con el alto porcentaje de población vulnerable que ya ha recibido al menos una dosis. Así, pese a que sigue habiendo transmisión del virus, esta se da entre personas más jóvenes que sufren menos efectos adversos.

Desde el inicio de la pandemia han fallecido 7.415 personas a causa de la enfermedad que causa el coronavirus. De estas, 7.046 tenían más de 60 años, el 95 % del total. En consecuencia, la población en esta franja de edad ha sido la prioridad desde la llegada de los primeros viales y los resultados se traducen en un desplome del número de fallecidos. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, la Comunitat Valenciana ha vacunado con al menos una dosis al 94 % de este colectivo, compuesto por casi 1.300.000 personas.

Pendientes de AstraZeneca

El 100 % de los mayores de 80 años y tres de cada cuatro de entre 70 y 79 tienen la pauta completa. En el tramo de 60 a 69 es en el que queda más tela que cortar para completar la inmunización, pues solo el 5 % ha recibido las dos dosis. El ritmo más lento se explica en buena parte por las 16 semanas que deben transcurrir entre una inyección y otra de AstraZeneca, el suero elegido para esta franja. En todo caso, al 87 % se le ha administrado ya un pinchazo.

Con este grupo ya ampliamente protegido el escenario ha cambiado por completo. Los contagios, aunque descienden, se siguen produciendo. Pero ya no son tan letales ni tensionan el sistema hospitalario como lo hacían hace escasos meses porque se dan entre una población mucho más joven, que no sufre las mismas complicaciones por el virus.

El cambio de dinámica comenzó a sentirse de forma clara entre marzo y abril. En el primero de estos meses se registraron 6.850 contagios por covid y 168 muertes. Es decir, por cada 40 casos fallecía una persona.

La tasa se desploma

Esa tasa se derrumbó al mes siguiente, cuando los positivos apenas se redujeron una cuarta parte (4.968) mientras las defunciones lo hicieron el triple, un 77 %, hasta las 38 muertes por covid. Y la tendencia continúa en lo que va mayo, donde por el momento se está registrando un fallecimiento (12 en total) por cada 240 contagios (2.896). Si comparamos mayo con marzo, los casos se han reducido en un 58 % mientras las muertes lo han hecho en un 93 %.

Estas cifras son las que están permitiendo que la Comunitat Valenciana siga avanzando en la desescalada, al confirmar que la vacuna permite compatibilizar una reapertura progresiva de los sectores más afectados por las restricciones sin que esto tenga una traslación a la curva de contagios ni a la presión hospitalaria.

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De hecho, el president Ximo Puig informaba el sábado de que actualmente hay diez hospitales valencianos sin ningún paciente covid en sus unidades de cuidados intensivos y tres sin ningún ingresado a causa del coronavirus. A finales de enero la Comunitat Valenciana llegó a tener a 670 personas en UCI y casi 4.800 camas ocupadas, mientras que en la última actualización de Sanidad se reportaron 33 personas en intensivos y 128 en planta en toda la autonomía.

Más allá de la vacunación, sin duda el gran activo, la obsesión del Consell por la cautela durante la reapertura ha consolidado a la autonomía como una de las regiones con menor incidencia del virus de Europa, un factor vital de cara a la inminente vuelta del turismo internacional.