El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aprovechó ayer el arte de la diplomacia para tratar de que Reino Unido levante el veto de sus turistas a la Comunitat Valenciana mientras se discute qué pasa en el resto de España. Para ello, se reunió en Madrid con el embajador, Hugh Elliot, con el objetivo de plantearle la posibilidad de que el Ejecutivo británico apueste por «territorializar» las condiciones que pone a los turistas que optan por viajar a España, con el fin de facilitar su movilidad hacia la C. Valenciana.

Y es que el citado país es el principal mercado emisor. Tiene su peso en oro en la autonomía, sobre todo en Benidorm. La Comunitat recibía cada año, hasta antes de la pandemia, 2,8 millones de turistas británicos, lo que supone el 30% del total de turistas extranjeros de cada temporada. Esas visitas supusieron un gasto de cerca de 2.500 millones, lo que significa que cada turista británico se gastó aproximadamente 878 euros de media; es decir, unos 112 euros al día para una estancia de unos 8 días. Pero en 2020 esos números se hundieron a la quinta parte.

Según Puig, para alcanzar la normalidad «tras la terrible pesadilla vivida» lo más importante es la movilidad. Por eso considera necesario «superar las restricciones aun existentes», en referencia a las medidas de prevención que exige el gobierno de Reino Unido a los británicos que visitan España y que consisten en una cuarentena de diez días y dos pruebas PCR a su regreso.

Estas medidas son aplicadas a los territorios clasificados con el color ámbar, entre los que se encuentra España, dentro del semáforo epidemiológico que utiliza Reino Unido para establecer las restricciones a las personas que se desplazan fuera de sus fronteras. Puig mostró al embajador los datos que caracterizan la actual situación epidemiológica de la Comunitat Valenciana, con una incidencia acumulada inferior a 30 casos por 100.000 habitantes. Eso la sitúa como la autonomía con la menor IA de España y una de las más bajas de Europa.

El embajador Hugh Elliot reconoció que la situación sanitaria no es igual en todas las autonomías y admitió que la Comunitat es «muy querida por los británicos», con la que hay «unos lazos muy profundos». Y además, hay «muchísimos turistas con las ganas enormes de poder regresar».

En su opinión, es «muy buena noticia» que España haya levantado la prohibición a los viajes no esenciales. Pero no todos los dirigentes del Ejecutivo británico piensan igual que su embajador en Madrid. En ese sentido, la secretaria de Estado de Empresa del Reino Unido, Anne-Marie Trevelyan, urgió ayer a los británicos a no viajar a España, salvo en caso de emergencia, después de que el Estado español haya eliminado las restricciones de entrada para los visitantes de este país.

En declaraciones a Sky News, Trevelyan recordó que el primer ministro, Boris Johnson, «ha sido claro» en que no se puede hacer viajes de ocio o vacaciones a destinos incluidos en la lista ámbar del Gobierno británico, entre ellos España, Francia o Italia. Además, la principal asociación de turoperadores, ABTA, también pone piedras en el zapato. Alerta de que los británicos que viajen a España, excepto las islas Canarias, en contra de la recomendación no podrán contratar un seguro de viaje.

El Gobierno español permite desde ayer la entrada sin restricciones sanitarias de viajeros de países considerados seguros de fuera de la UE, entre ellos el Reino Unido.