No serán cifras de récord, pero sí que supondrán un incremento importante respecto a los números manejados en las últimas tres semanas. La Comunitat Valenciana se prepara para recibir más de 350.000 dosis de vacunas contra la covid en los próximos siete días, un aumento importante que supondrá la segunda remesa más grande aterrizada en tierras valencianas de toda la pandemia.

Según los datos que ofreció la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la rueda de prensa del miércoles, y haciendo la extrapolación del 10 % que le corresponde, grosso modo, a la Comunitat Valenciana para los próximos siete días habrán 360.000 vacunas disponibles.

De estas, destaca la partida de 1,3 millones que llegará para toda España este lunes y de la que, según esta misma traslación de datos, a la autonomía valenciana le tocan unas 130.000. Esta llegada supone, además, un importante alivio para completar la pauta de quienes recibieron la primera inyección del fármaco de Oxford.

«Habrá suficientes dosis de AstraZeneca para quien lo solicite», aseguró la consellera Ana Barceló este jueves. El departamento autonómico tiene unas reservas de unas 170.000 vacunas de este suero, ya que esta compañía se ha caracterizado por la irregularidad de sus suministros durante toda la campaña.

A este aumento se le suma el de Janssen, otra firma con envíos muy por debajo de los comprometidos. Hasta ahora se estaban recibiendo unas 16.000 dosis semanales mientras que para la próxima semana habrá unas 36.000 que se comenzaron a repartir a las autonomías ayer. Pfizer y Moderna mantendrán sus cantidades: 181.000 de la primera (en dos envíos distintos, lunes y miércoles) y unas 31.000 de la segunda.

Por otra parte, según los datos facilitados ayer por la Conselleria de Sanidad, la Comunitat Valenciana superó las 900.000 personas con la pauta completa contra la covid (903.533), un 18 % de la población. Asimismo, un 37 % de valencianos cuenta con, al menos, una dosis de la vacuna anticovid.

Que la vacunación, igual que cualquier asunto relacionado con la sanidad, ha de llegar a toda la ciudadanía para poder dar por finiquitada la pandemia es una premisa conocida y repetida hasta la saciedad porque una persona sin inmunizar es un posible reservorio del virus. También que su acceso, pese a ser un derecho que ha de ser garantizado para todo el mundo, muestra una gran desigualdad y deja grupos de población descubiertos.

Es en ese cruce de caminos donde la campaña de inmunización choca con la realidad y se enfrenta a la dificultad de llegar a aquellos que son, en muchas ocasiones, invisibles para la Administración. Estas complicaciones son las que motivan a las entidades sociales a reclamar que se priorice la vacuna de Janssen para este colectivo, ya que al ser monodosis, permitiría inmunizarlas de manera completa con solo un pinchazo.

Las personas sin hogar están incluidas en el operativo vacunal. A nivel teórico, siempre que estén incluidas en el SIP, han de ser citados como cualquier otro ciudadano, según su edad, por SMS y para ser recibir la vacuna en el espacio correspondiente según residencia. Si no lo están, tienen derecho a ser incorporada, incluso sin empadronamiento. No obstante, la teoría acaba chocando con la práctica que caracteriza la vida de este colectivo, tal y como advierten las oenegés.

«Hay muchas personas que ni siquiera tienen identidad, que no existen para la Administración», explica Jaime González, de Amigos de la Calle, quien añade que otro de los problemas es la desconfianza en el sistema y la proliferación de bulos (los mismos que en la población general) que provoca que no quieran vacunarse, por lo que considera necesario «ir a hablar con ellos y explicarles».

En este sentido, aboga por que la conselleria se apoye en las entidades sociales «para llegar más y mejor» a estos colectivos. «En estos asuntos no se pueden hacer planteamientos de que sean ellos quienes acudan a la Administración, hay que ir a ellos y acercarse y si contaran con las asociaciones que están involucradas sería más fácil», expresa González.

El rizo sigue ondulándose en el modo de citación, a partir de SMS. «Muchos no tienen móvil o no tienen los datos actualizados o no tienen el teléfono activo porque no tienen dónde cargarlo y cuando les llega la cita han pasado varios días y se ha perdido la convocatoria», explica Sonia Gómez, de Médicos del Mundo y la plataforma Odusalud contra la exclusión sanitaria en la Comunitat.

Así, insiste en la importancia de que la vacunación de este colectivo se haga con monodosis porque «si ya es difícil conseguir que acudan a una cita, como para plantear que les pongan las dos». También destaca que en otras autonomías se están haciendo vacunaciones específicas a las que acude el personal sanitario para atender a estos colectivos como en albergues en Madrid o en los asentamientos de los campos de Huelva.

Casa Caridad gestiona dos albergues para personas sin hogar en la ciudad de València. De las 132 plazas con las que cuentan, solo una persona ha sido vacunada con las dos dosis mientras que 22 cuentan con la pauta a mitad, «todas por edad» y en muchos casos dando teléfonos de la entidad para poder gestionar desde ahí la citación para acabar recibiendo la dosis en el centro de salud. «Durante toda la pandemia hemos sido considerado esenciales para cumplir protocolos y facilitar los datos diarios de contagios, pero sin un retorno cuando ha llegado la vacunación», denuncia Guadalupe Ferrer, gerente de la entidad.

La inmunización es un tema que genera indignación en este centro ya que, como incide Ferrer, de las 50 personas que trabajan en Casa Caridad solo siete han sido vacunadas y porque las citaron desde el centro de salud cercano al sobrar dosis. «Es indignante, parece que no existimos, que tanto los usuarios como los trabajadores somos invisibles», protesta Ferrer.