La actividad de cruceros vuelve al Puerto de València tras casi año y medio de parálisis en sus muelles debido al estado de alarma y a la prohibición de las escalas de este tipo de embarcaciones turísticas por parte del Gobierno central en toda España. Mientras las navieras reorganizan buques, rutas y tripulaciones en plena temporada veraniega en el Mediterráneo, la compañía TUI Cruises ha elegido el día 27 de junio para traer el Mein Schiff 2 al recinto marítimo valenciano -realizará además una segunda parada el 11 de julio- proveniente de Alicante y con destino posterior a Barcelona; una decisión que permite a Valenciaport reanudar un tipo de tráficos que podrían alcanzar los niveles registrados previos a la pandemia de coronavirus durante 2023.

Así lo confirmó ayer la responsable de cruceros de la Autoridad Portuaria de València (APV), Francesca Antonelli, quien reconoció que el cambio de legislación del Gobierno de España es un claro «balón de oxígeno» para la industria crucerística. Y es que, en los ejercicios anteriores a la pandemia, el Puerto de València alcanzaba anualmente un tráfico total de 420.000 pasajeros de cruceros. De hecho, la ciudad del Túria, según un estudio de la Universitat Politècnica de València y la Fundación Valenciaport, ha dejado de ingresar 70 millones de euros por la actividad crucerista durante la época de restricción de la llegada de estos buques por la covid-19. El emplazamiento trabajaba con alrededor de treinta navieras diferentes, entre las que destacan compañías como Costa Cruceros, Royal Caribbean, Aida Cruises, Grupo TUI, Azamara Cruises o Viking Cruises, entre otras. Por el momento, Valenciaport desconoce cuándo recibirá el primer crucero con rutas internacionales.

Excursiones ‘burbuja’

Los turistas que desembarquen en València realizarán excursiones ‘burbuja’ y no podrán realizar visitas por libre. Las navieras han establecido protocolos exhaustivos como la realización de pruebas covid-19 antes del embarque o controles de estados de salud en operativas de tránsito como la que se realizará en València.

La apertura del sector crucerista era una noticia muy esperada para todo el sector que participa en esta actividad: empresas implicadas, comercio, hostelería, guías turísticos, transporte, servicios culturales o alimentación, entre otros. El puerto valenciano, con crecimientos anuales del 2% durante la última década, tenía 200 escalas cada año. ¿Volverá València en los próximos años a situarse en torno a los 450.000 turistas anuales? «Esas previsiones ahora las desconocemos porque las navieras tienen que volver a organizar sus itinerarios y escalas. Lo que sí conocemos es que el mundo crucerista tiene muchas ganas de volver a la normalidad», explica Francesca Antonelli.

Competencia de Israel

En esa carrera por atraer turismo de cruceros y convencer a las grandes navieras del sector, países como Israel, a pesar de los conflictos en Oriente Medio aunque con mayor grado de vacunación entre su población, sigue ganando la batalla este verano a los líderes del Mediterráneo occidental en esta actividad de transporte marítimo: España, Francia e Italia.

Según reconoce el Gobierno central, la evolución favorable de la pandemia en el territorio europeo, de donde procede la mayoría de los pasajeros de cruceros internacionales con escala en puertos españoles, el aumento de la población vacunada contra el coronavirus y el descenso de la incidencia en las comunidades autónomas con puertos susceptibles de recibir este tipo de buques, garantizan el desarrollo de esta actividad.

Sea como fuere, el Mein Schiff 2 llegará a València con un máximo de 655 tripulantes y el 60% de la capacidad de pasajeros, es decir un máximo de 1.979. Además, la vida a bordo del buque será acorde con la situación sanitaria: mascarilla en zonas comunes, cierre de buffets y discotecas.

Barcelona adjudica a MSC una terminal de buques

También Barcelona aprieta el acelerador. El consejo de administración de este puerto ha aprobado otorgar a MSC Cruises una concesión para construir y explotar una terminal para cruceros turísticos. El proyecto supondrá una inversión de 33 millones de euros por parte de la empresa, la concesión es por un plazo de 31 años y se prevé que la estación marítima entre en servicio durante el año 2024. El proyecto, en el que participará el taller de arquitectura de Ricardo Bofill, contempla la conexión de los barcos en la red eléctrica, eliminando las emisiones durante su estancia en puerto.