El jurado de los 33 Premios Jaume I que hará público hoy los nombres de los seis galardonados apremia a los países a facilitar el acceso a las vacunas de los estados más desfavorecidos a través de «acciones coordinadas». Como cada año, los más de 80 jurados que forman estos galardones emitieron un manifiesto público para alertar sobre cuestiones de gran calado en la sociedad. Una declaración que desde hace 33 años pone de manifiesto la necesidad de reforzar el impulso a la ciencia y al emprendimiento en todo el planeta.

La covid-19, a su juicio, ha evidenciado la necesidad de afrontar los problemas globales que afectan al conjunto del planeta con acciones llevadas a cabo coordinadamente por todos los países, en colaboración con todas las instituciones.

Un mensaje claro para la sociedad y los representantes públicos que se unió al lanzado por la mañana en una rueda de prensa por el premio Nobel de Medicina de 2011, Jules Hoffmann, mediante videoconferencia, y de forma presencial el Premio Nobel de Física en 2012, Serge Haroche, y el presidente de la Fundación Premios Jaume I, Javier Quesada, quienes recalcaron dos ideas fundamentales: «La ciencia nos ha salvado de la pandemia de la covid-19 y el mundo debe prepararse para las que vendrán».

Por ello, insistieron en la importancia de la financiación, el estudio, la educación y la divulgación para conseguir que la sociedad «conozca y entienda» la ciencia que «ha sido atacada con teorías de la conspiración».

Dosis de sueros diferentes

Los dos premios Nobel y el presidente de la entidad negaron que exista algún problema por recibir una segunda dosis de la vacuna del coronavirus de una farmacéutica diferente a la primera. «No veo por qué cambiar tipos de vacunas sería perjudicial», explicó Hoffmann tras la pantalla.

Para Haroche la preocupación se centra en el descrédito que ha sufrido la ciencia en una pandemia mundial y recalcó la necesidad de unir «ciencia y educación» tras denunciar que «hay algo que no funciona bien cuando la ciencia básica no recibe la financiación que debe recibir». Es más, el Premio Nobel de Física en 2012 no dudó en criticar a unos políticos «que viven al ritmo de las elecciones» lo que impide inversiones a largo plazo, «que es lo que necesita la ciencia. Si no fuera por las investigaciones llevadas a cabo hace 30 años ahora no habríamos podido dar una respuesta adecuada a esta pandemia».

Para Javier Quesada, la ciencia «debe ir ligada a temas de empresa y emprendimiento y España falla en este campo», por lo que exigió «más conexión entre estos dos sectores». Los tres protagonistas de la rueda de prensa recalcaron la importancia de «estar preparados para la siguiente pandemia» y lamentaron una formación social y política «basada en artes y humanidades y no en ciencia, lo que implica que las elites políticas se sienten incómodas con la ciencia porque no la comprenden y tampoco la apoyan».

Serge Haroche tomó la palabra para exigir un modelo de financiación similar a Estados Unidos o Israel «donde dan una inversión suficiente para demostrar si la investigación tiene o no resultados». Respecto al futuro de la pandemia, los expertos apuntaron a que «en uno o dos años todos los que así lo deseen estarán vacunados, sean de países ricos o pobres» y centro el debate en que las vacunas «deberían ser obligatorias, como lo son en el calendario infantil».

Hoy, a las 12 h, en el Palau de la Generalitat, y en un acto presidido por el presidente Ximo Puig, se darán a conocer los premiados de la 33 edición de los Jaume I.