Cuando la astrofísica teórica Licia Verde (Venecia, 1971) comenzó a leer, un día cayó en sus manos un libro sobre el cielo que hablaba sobre qué había más allá de los aviones. Desde entonces, «no he dejado de preguntarme qué es lo que hay».

Una pasión que le ha valido el Premio Rei Jaume I 2021 en la categoría de Investigación Básica, que dice que aunque no se aplica en el día a día, «hace que exista la pesquisa aplicada, es la base de todo». Levante-EMV habla con ella minutos después de conocer su reconocimiento en la trigésima tercera edición de los galardones en la mañana de ayer. «Todavía no me lo puedo creer, no me lo esperaba», dice Verde. Para ella, «es muy positivo que se premie la investigación básica que no tiene aplicaciones directas con lo que es la vida de cada día». En este sentido, añade «es todavía más impactante que se reconozca el valor de estudios tan teóricos».

Sin ciencia básica no hay ciencia aplicada

La científica añade que «muchas veces los conocimientos tan teóricos se quedan dentro de los que los estudiamos, por eso que esto se entienda y se difunda fuera del campo significa mucho» pues, dice, «sin ciencia básica no hay ciencia aplicada».

Verde realiza estudios sobre la evolución, la composición y la estructura del universo. «Las preguntas que no hacemos son; ¿cómo empezó el universo? ¿Cómo ha evolucionado hasta cómo lo conocemos hoy?», universales. «Podemos entender las leyes básicas de la física mirando al cielo, es otro concepto diferente que quien estudia la física terrestre», detalla.

Por último, Verde apuntó que «espera poder venir en otoño a recoger el premio cuando casi toda la sociedad este vacunada» al tiempo que ha agradecido a toda la sociedad y los médicos en el transcurso de la pandemia. «Hemos hecho un esfuerzo coletivo, queda el último empujón»; ha detallado la premiada, que investiga e imparte clases en el ICREA de la Universitat de Barcelona.