Expertos en salud mental abogan por hablar del suicidio, estar atentos a nuestro entorno para actuar ante una señal de alarma y acabar así con el tabú que significa para la sociedad mediante prevención y sensibilización de un problema social -no individual o familiar- que afectó en España a 3.671 personas en 2019, más del triple de los muertos por accidente de tráfico.

Los psicólogos valencianos Enric Valls y Gracia Vinagre recomiendan romper la creencia de que si hablamos de suicidio se va a inducir a él, porque "es justamente lo contrario". "Hablar, poner encima de la mesa los datos, los recursos y las posibles salidas es informar, sensibilizar y concienciar", asegura Valls.

Vinagre sostiene que es un mito que hablar del suicidio incite a más personas a cometerlo. Por el contrario, "cuando no se habla, las personas que tienen ideas suicidas y lo están pasando tan mal que ven el hecho de acabar con su vida como única salida no se atreven a contarlo porque saben que serán juzgados y entonces ya estamos mermando las posibilidades de prevenirlo".

La presidenta de la Federación de Salud Mental de la Comunitat Valenciana, Rosa Bayarri, explica -en el marco de un seminario web organizado por el Ayuntamiento de València y la Generalitat dentro del programa del consistorio de prevención del suicidio- que este "no es un problema aislado, ni circunscrito a una clase social, género o edad, ni tan solo atribuible a una sola causa".

Bayarri admite que hay mayor prevalencia en situaciones de gente joven sin proyección de futuro, personas sin trabajo, sin hogar o reclusas, aquellas que viven una tragedia en primera línea, las víctimas de violencia machista, niños que sufren acoso escolar, víctimas de disfobia, homofobia o racismo y personas con problemas de salud mental grave.

Y resalta el papel fundamental del movimiento asociativo y de la formación para una "detección precoz y una intervención temprana". Además, insiste en que "todos necesitamos hablar de suicidio, que es la principal consecuencia del sufrimiento psicológico", ya que "nadie quiere suicidarse, sino acabar con su sufrimiento sin poder encontrar otra forma".

Enric Valls indica que el suicidio es "la imposibilidad de resolver determinados problemas" y asegura que es una situación "muy compleja y diferente en cada persona". Cognitivamente, subraya, "es matar una situación que genera dolor y que uno no es capaz de resolver".

Un millón de suicidios al año en el mundo

Según el psicólogo valenciano, la Organización Mundial de la Salud indica que "un millón de personas se suicidan al año y más de 20 millones lo intentan". En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística, 3.671 personas se quitaron la vida en 2019, último año del que se han publicado los datos.

Valls asegura que la clave está en transmitir que hay "muchas salidas de emergencia", como por ejemplo "ampliar las redes sociales para evitar el aislamiento, buscar ayudar profesional o ayudar a otros para repararnos a nosotros mismos".

Se refiere así a las personas del entorno de aquellas que piensan en el suicidio y que de alguna manera ya lo han verbalizado, y aboga por "escuchar, preguntar, mirar a los ojos e incluso abrazar".

"Hay miedo de que si alguien habla de suicidio y le preguntas le vas a inducir" a cometerlo, pero "si hablamos, escuchamos y tratamos el tema abrimos una de esas salidas de emergencia porque damos pie a que la persona pueda expresar el sufrimiento y vea que existen alternativas", sostiene el especialista.

Las personas con conductas suicidas y sus allegados pueden recibir ayuda las 24 horas llamando al 112 o contactando con el Teléfono de la Esperanza (717 00 37 17)

Gracia Vinagre explica en la misma línea que la persona que habla del suicidio ante otra y no genera ninguna reacción "sigue pensando en ello". Si, de lo contrario, "tratas con ella el tema, va a ver la posibilidad de no verse un bicho raro, vas a abrir una puerta a la esperanza con el simple hecho de escuchar".

Por ello, indica la psicóloga, "hablar es muy importante o incluso simplemente escuchar" como método de prevención ante un problema agravado a su juicio por la pandemia: "Ha creado más situaciones límite y más casos de personas que solo ven esta salida a sus problemas".

Esta verbalización y tratamiento del tema se extiende al papel que juegan los medios de comunicación, recogido en el documento "Recomendaciones para el tratamiento del suicidio por los medios de comunicación" del Ministerio de Sanidad, de julio de 2020.

En él se indica que las cifras del suicidio en España, aunque con tasas menores que en el resto de Europa, "hacen necesario que se superen los hábitos tradicionales que abogaban por silenciar el suicidio en la prensa, un problema que sigue siendo tabú en múltiples entornos ciudadanos".

El Ministerio indica que nos encontramos ante un "nuevo reto en el que es imprescindible la implicación y la colaboración directa de los medios de comunicación" y aboga por "nuevas reglas para el tratamiento informativo que permitan hacer llegar a la población la información adecuada sobre los recursos disponibles que ayuden a cumplir los objetivos de prevención".

"El silencio informativo no es una opción. El sensacionalismo, tampoco", señalan desde el Ministerio. Desde la Federación de Salud Mental de la Comunidad Valenciana animan a que se hable del suicidio de manera "adecuada y responsable", ya que esto puede tener un efecto "Papageno", es decir, "prevenir los intentos de suicidio enseñando a lidiar con el dolor".

Los especialistas remarcan que las muertes por suicidio nunca tienen un único detonante, sino que son el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento. Las personas con conductas suicidas y sus allegados pueden recibir ayuda las 24 horas llamando al 112 o contactando con el Teléfono de la Esperanza (717 00 37 17).