El Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Valencia (CAATIE Valencia) advirtió este jueves de que, sin la debida comprobación técnica, las piscinas portátiles no deben instalarse en terrazas, balcones o cubiertas, sino en jardines, sobre terreno firme, nunca sobre un sótano, ya que la sobrecarga de la estructura puede ocasionar grietas y fisuras e incluso llegar a derrumbarse el forjado, como sucedió el pasado año en una vivienda alicantina.

Según informó en un comunicado la entidad colegial, las estructuras de los edificios, por regla general, no están diseñadas para soportar el peso que supone por metro cuadrado una piscina con la cantidad de agua suficiente para el baño.

En edificios de nueva construcción, el forjado de una terraza o balcón de la vivienda puede soportar una sobrecarga de uso de unos 200 kg/m2, según establece el Código Técnico de la Edificación mientras que en las azoteas esta carga se reduce a la mitad.

Sin embargo, estas resistencias pueden incluso disminuir según la antigüedad del edificio ya que «materiales, normas técnicas y requerimientos han ido evolucionando», depende de su estado de conservación, además de que en el mismo edificio pueden haberse modificado las cargas si se han efectuado reformas.

Por tanto, el cálculo no depende únicamente del peso del agua, sino que hay que añadir el del pavimento y el de las personas que estén usando la piscina. Como recomendación general y en edificios con una antigüedad inferior a 20 años que no haya sufrido ninguna reforma, en terrazas no se debería sobrepasar los 15 centímetros de nivel de agua sobre el fondo de la piscina.