El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, aseguró ayer que el Gobierno mantiene la «cautela» con la posibilidad de aplicar peajes en autopistas y está a la espera de ver cómo evoluciona este debate a nivel europeo, además de abogar por el consenso y por la «racionalidad» en la planificación y el uso de las carreteras en la UE.

«No hemos avanzado nada. No hay ninguna prisa, ningún afán y, por supuesto, no se pretende imponer nada a nadie», defendió ante los periodistas en Alicante sobre la posibilidad de recuperar peajes en autopistas liberalizadas, como la AP-7 desde 2020.

Según un informe que publicó la Comisión Europea sobre el plan de recuperación de España, el Gobierno se ha comprometido ante Bruselas a tener listo el nuevo sistema de peajes en todas las autovías antes del 30 de junio de 2022, con el fin de comenzar a aplicarlo en 2024. Esta revisión se enmarca dentro de un epígrafe de reforma de medidas fiscales para la transición ecológica.

En la rueda de prensa, Ábalos quiso dejar claro que «no hay ninguna situación» nueva para aplicar peajes en autopistas, solo unos estudios realizados en 2012 y 2018 sobre propuestas de tarificación de los que no comparte «ni los costes ni los métodos». «Pero son los antecedentes que tenemos. Por lo demás, no hemos avanzado nada», recalcó.

Por contra, llamó a lograr un «consenso necesario» en Europa en torno a la racionalidad en la planificación y el uso de las carreteras, algo que recordó que «planteaba Ciudadanos hace unos años» mientras «ahora parece que hay cierto abandono de la racionalidad».

También destacó que la Comisión Europea haya acordado debatir la actualización de la directiva de la «Euroviñeta», el sistema de peajes para transporte pesado, para sustituir gradualmente la tasa calculada en función del tiempo de conducción por factores que recogen mejor la huella ecológica.