Cuando hablamos de tormentas, nuestra cabeza se imagina una lluvia fuerte y repentina acompañada de actividad eléctrica, aunque durante la época estival son bastante comunes las tormentas eléctricas secas. Estas se producen cuando en niveles bajos de la atmósfera no hay suficiente humedad como para que la precipitación sea apreciable. Esto ocurre cuando el frío entra en las capas medias y altas de la troposfera, por tanto existen condiciones para que se desarrollen nubes, pero más abajo la humedad que se acumula es bastante escasa. El frío en altura también es menor por lo que la nube no tiene una buena estructura ni un buen desarrollo vertical. A fin de cuentas, la humedad es tan baja en los niveles inferiores que la lluvia se evapora antes de llegar al suelo. En nuestro país no es raro encontrar tormentas secas, de hecho es relativamente frecuente en las zonas montañosas.

La tormenta seca es la principal causa de incendios naturales y resulta ser un fenómeno típico del verano que viene acompañado de viento fuerte, mucha carga eléctrica y poca precipitación. Los principales culpables son los rayos nube-tierra que se generan en la base de la nube y que en muchas ocasiones descargan sobre la vegetación seca. La mezcla de vientos cruzados, las altas temperaturas, la vegetación seca y estas tormentas, suman un cóctel idóneo para la gestación de incendios. Aunque los incendios causados por los rayos tan solo suponen un 4 % del total en todo el territorio nacional.

Las consecuencias de un incendio depende de varios factores. El primero de ellos son las condiciones meteorológicas, es decir, si la tormenta viene acompañada de humedades bajas y fuerte viento o si por el contrario viene acompañada de precipitación. También, el factor geográfico tiene mucho que ver, como por ejemplo el fácil o difícil acceso a la zona de origen del incendio o el estado del terreno previo a la descarga eléctrica. Por último, el factor humano o la rapidez en la que intervienen. Sin duda, todos ellos determinan en buena medida la importancia de los incendios provocados por este tipo de tormentas. Ahora que se acerca el verano, este tipo de tormentas son un peligro para nuestra seguridad, ya que tienen descargas eléctricas. En caso de encontrarnos cerca de alguna debemos tomar las mismas precauciones que con cualquier otra tormenta, protegiéndonos en algún lugar seguro y lejos de cualquier fuente de humedad.