Arropado por conocidos rostros de la sociedad civil y empresarial alicantina, el president de la Generalitat, Ximo Puig, se dio ayer un baño de cariño en Alicante en un acto de partido con el que quiso clavar una pica en el gran feudo del nuevo líder del PPCV, Carlos Mazón. La cita, presentada como una conmemoración de los dos años de la firma del segundo acuerdo del Botànic, reunió a los primeros espadas del PSPV con la gestión de la pandemia por parte del Consell como principal hito a poner en valor, junto a la lucha por el trasvase Tajo-Segura.

Pero Puig no rehuyó durante su intervención el que ha sido el tema estrella de los últimos días: el hielo aplicado por la ministra María Jesús Montero a los plazos para reformar la financiación autonómica. El secretario general de los socialistas valencianos cerró filas con el Ejecutivo de Pedro Sánchez en este y otros asuntos relacionados con la batalla territorial y pidió un voto de confianza. «Hay que ser honestos y decir las cosas como son: desde que hay un Gobierno socialista en España, la Comunitat Valenciana está mejor financiada, con mejores recursos y con mayor capacidad de entendimiento», dijo, después de poner en valor las transferencias extraordinarias de liquidez de la administración estatal que en el último año han permitido compensar la discriminación económica que sufre el territorio.

Puig dejó claro que la reforma del modelo de financiación es irrenunciable, pero desplazó el foco del problema a los «privilegios» de la Comunidad de Madrid como «aspiradora» de recursos frente a la pluralidad de voces. «No vamos a admitir ningún privilegio de ninguna comunidad, ni que se continúe con el episodio de centralización ni que no se puedan abordar las reformas que necesita este país», recalcó, en alusión a las dificultades señaladas por Montero a la hora de llegar a acuerdos con el PP en la nueva distribución de fondos entre autonomías.

Pocos días después de su viaje de concordia a Cataluña, el jefe del Consell también quiso arropar al Gobierno de Sánchez con la polémica de los indultos a los presos independentistas, situando a la C. Valenciana como «aliada» para facilitar «el reencuentro, la armonía y la capacidad de convivir juntos» con el territorio vecino del norte y alabando las «decisiones valientes» del presidente español.

La «falacia» del éxito de Ayuso

Puig, que comenzó su intervención celebrando que este será «el último fin de semana sin mascarillas al aire libre», reivindicó la gestión valenciana de la pandemia «desde la prudencia» -al cumplirse tres meses con la incidencia acumulada de casos más baja de España- frente a la «falacia» que a su juicio representa el supuesto éxito del modelo madrileño impulsado por Isabel Díaz Ayuso, cuyo efecto en la política nacional vaticinó como flor de un día. El territorio valenciano, dijo, «no solo ha tenido mejores indicadores sanitarios, sino también económicos», remachó.

El líder del PSPV, precedido de las intervenciones de las conselleres Ana Barceló y Carolina Pascual, rechazó la idea de que la C. Valenciana sea un infierno fiscal y defendió la política basada en bajar impuestos a las clases medias y trabajadoras y en subírselos a las altas. A continuación, censuró el «aquelarre» de hace una semana en la plaza de Colón de Madrid, donde «lo único que se sembraba era el rencor, el odio y la ira». «Ese proyecto alternativo está basado en valores que no tienen nada que ver con la concordia y la armonía», zanjó.

Respaldo en Alicante de los líderes empresariales

El líder del PSPV, Ximo Puig, sumó ayer el respaldo de importantes representantes del tejido empresarial alicantino que se sumaron como invitados de excepción al acto organizado para conmemorar los dos años de gestión del Botànic. El presidentes de la patronal CEV en Alicante y el de la principal asociación hotelera autonómica (Hosbec), Perfecto Palacio y Toni Mayor, intervinieron a través de la pantalla para felicitar a Puig por algunas medidas adoptadas en relación con sus sectores. Un apoyo clave en plena disputa con el PPCV de Carlos Mazón por atraer al tejido económico.