El Ministerio de Transición Ecológica ha accedido, finalmente, a conceder una tregua al Gobierno valenciano y a los regantes del sureste a cuenta del trasvase Tajo-Segura, tal como avanzó este periódico. El departamento que dirige Teresa Ribera implantará un caudal ecológico para el Tajo de 7 metros cúbicos por segundo cuando se publiquen en el BOE los Planes Hidrológicos del tercer ciclo (2022-2027), que tenía previsto salir ayer a exposición pública, aunque se retrasó por un pequeño problema técnico.

Esa transferencia ecológica permitiría seguir llevando agua a los campos del Vinalopó y la Vega Baja hasta el 1 de enero de 2026, cuando según fuentes del ministerio, se aumentará el caudal a los 8 metros cúbicos por segundo. Esa magnitud sería, en la práctica, el fin del trasvase.

La propuesta del Ministerio de Transición Ecológica es una implantación progresiva del caudal ecológico, lo que daría un margen de cuatro años y medio a los regantes valencianos antes de que, técnicamente, el trasvase Tajo-Segura se denegara. La razón que aduce el departamento de Teresa Ribera es que, en este tiempo, daría tiempo a finalizar las infraestructuras previstas para obtener agua mediante la desalación, la depuración, la interconexión de redes y reutilización.

Cinco sentencias del Supremo

Desde el Gobierno central se insiste en que la implantación de un caudal ecológico para el río Tajo no se puede aplazar más tras cinco sentencias condenatorias del Supremo, además de que es el único de toda España que no cuenta con un paso mínimo de agua regulado para mantener la vida de peces y vegetación. Actualmente lo que funciona a su paso por Aranjuez (localidad de referencia) es una caudal mínimo de 6 metros cúbicos por segundo.

La propuesta gradual del caudal ecológico ofrecida por Ribera establece tres hitos. El primero es, tras la aprobación de los Planes Hidrológicos de 2022 a 2027, un paso de 7 metros cúbicos por segundo por Aranjuez. Hasta el 1 de enero de 2026 no se modificaría este caudal ecológico, que aumentaría hasta los 8 metros cúbicos por segundo. Un año más tarde, el 1 de enero de 2027, la cifra quedaría fijada en 8,6 metros cúbicos por segundo.

Fuentes del ministerio explican que esa «cadencia» será suficiente para llegar en cuatro años a tener la infraestructuras necesarias que suplan la transferencia hídrica Tajo-Segura.

El caudal total del Tajo ha bajado un 12 % desde 1980 por efecto del cambio climático, aseguran las mismas fuentes del Gobierno central. Citan como ejemplo Alicante, que ha sido «el primer territorio» donde se ha incrementado la dotación de agua desalada.

En Torrevieja se duplicó la capacidad de 40 a 80 hm3, y ya está en marcha el trabajo para incrementar a 120 hm3 este año. Así, aumentará la desalación en 80 hm3, lo mismo que anualmente recibe Alicante de media a través del trasvase.

La solución adoptada llega tras una dura negociación con el Gobierno valenciano, que ha trabajado para dejar ese caudal mínimo en 7 metros cúbicos por segundo, menos del objetivo inicial del ministerio, que era de 8,5 metros cúbicos, algo que hubiera sido un mazado para el Consell de Puig.

Los cálculos de la Conselleria de Agricultura y Desarrollo Rural indican que con un caudal con 7 metros cúbicos el trasvase estaría «garantizado», según las fuentes consultadas de este departamento, que está en contacto a su vez con los regantes del Vinalopó y la Vega Baja.

La tensión ha sido evidente en las últimas semanas, en las que el Consell se ha esforzado para posicionarse con claridad en defensa del trasvase, y evitar que la derecha, fundamentalmente el PP, volviera a reabrir la denominada «guerra del agua», que le dio importantes réditos en el pasado. Hay que recordar que incluso la consellera Mireia Mollà participó en la manifestación en Madrid y anunció recurso judicial si el trasvase era inviable.