Cuando observamos el mapa isobárico tanto en los periódicos como internet o en la televisión nos damos cuenta de que no siempre los centros de acción tienen la misma presión máxima y mínima. En verano en las zonas de clima templado y frío la presión atmosférica no presenta unos extremos tan exagerados como en invierno o en primavera y en otoño. Esto es cierto en invierno. En invierno los anticiclones a menudo tienen presiones muy altas, especialmente los dinámicos de bloqueo, encima de océanos, o los térmicos encima de continentes. De hecho los anticiclones térmicos encima de los continentes son los que presentan la mayor presión atmosférica de todo el año en invierno, concretamente en Siberia. En Ágata, Siberia, el récord de presión atmosférica es de 1083,5 hPa. Esto sucede porque el anticiclón provoca que el aire tenga una fuerte subsidencia, el aire frío se acumula en la superficie, lo que sumado al enfriamiento de aire tan intenso en zonas con nieve artificial implica un fuerte incremento en la presión atmosférica del anticiclón térmico de Siberia. Lo llamamos anticiclón térmico, porque se da en la superficie del anticiclón, en niveles altos hay bajas presiones. En cambio encima de los océanos las entradas de aire frío provocadas por las oscilaciones del frente polar provocan una fuerte bajada de la presión atmosférica en latitudes medias y altas. En verano el frente polar está por encima del paralelo 60ºN, y en invierno, está por encima del paralelo 45ºN, por efecto de una radiación solar más baja que en verano. En verano las elevadas temperaturas en las superficies de los continentes con anticiclón en niveles altos troposféricos provocan una presión relativamente baja por efecto de las elevadas temperaturas que disminuyen la densidad del aire. Pero también en verano los anticiclones dinámicos situados encima de los océanos o las depresiones tienen presiones no tan extremas como en invierno. Entonces el gradiente bárico es menor en verano respecto al invierno, los centros de acción, anticiclones y depresiones, a menudo tienen un contraste bárico bastante bajo, y se forman enormes pantanos barométricos, áreas con un gradiente bárico bajo. Para pronosticar el tiempo en verano, más que en invierno, donde con el mapa isobárico de superficie a menudo nos basta, tenemos que recurrir a la situación sinóptica en la troposfera media y alta, por encima de los 5 km.