El conseller de Educación, Vicent Marzà, ha avanzado que el 60 % de los centros de Secundaria de la Comunitat Valenciana ha optado por implantar un programa lingüístico mayoritariamente en valenciano, mientras que el 40 % restante lo hará por un plan vehiculado con más peso del castellano.

Cabe recordar que partir del próximo curso, el programa de educación plurilingüe llega los institutos y centros de Secundaria, un curso después de lo previsto, pues su implantación se retrasó a causa de la pandemia. Al respecto, Marzà recordó ayer que el punto de partida es al menos un 25 % de horas lectivas en castellano, otro 25 % en valenciano y entre un 15 y un 2 5 % en inglés y que son los centros los encargados de jugar con los porcentajes y las horquillas hasta repartir el 100 % de horas entre las tres lenguas. A partir de ahí, «han sido los centros los que han decidido en cada consejo escolar dependiendo de la realidad lingüística de cada uno, ya que no es lo mismo un centro en Orihuela que uno en Morella», razonado.

El conseller detalla que, en el 92% de los casos, los centros aprobaron —en sus consejos escolares, por mayoría de dos tercios y en representación de las familias— los planes lingüísticos preparados durante el invierno, lo que supone «que han conseguido consensos muy amplios sobre su modelo lingüístico».

«La gente ha apostado claramente por la enseñanza en valenciano, ya que alrededor del 60 % del alumnado hará programas vehiculados mayoritariamente en valenciano», apuntó ayer Marzà, en una entrevista en À Punt, si bien la conselleria no ha ofrecido más datos al respecto.

En cuanto a las críticas —que han llegado tanto de zonas castellanoparlantes del sur de Alicante como de centros defensores del valenciano—, el conseller afirma que el valenciano gana peso y que «ya no segrega a los niños en los centros según la lengua», como, según apunta sucedía con las líneas. Además, Marzà recuerda que el mínimo del 25 % de castellano lo marcaron los tribunales. Asimismo, el responsable de Educación ve «normal que haya reticencias a cualquier cambio», pero defiende el diálogo que ha habido en los centros.