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El PP plantea un partido abierto al centro y en la estela de la «libertad» de Ayuso

El texto mezcla propuestas liberales y sociales y renuncia a un proyecto nítidamente valencianista diferenciado del nacional

Carlos Mazón. EP

«La Comunitat en el centro» reza el título de la ponencia política que el PPCV llevará al congreso regional del 3 de julio y que servirá para certificar el cambio de liderazgo a favor del alicantino Carlos Mazón. Un punto de inflexión con el que los populares confían en volver a la Generalitat, un objetivo truncado, entre otros motivos, por el fraccionamiento del voto del centroderecha. Con un Ciudadanos agonizante, el nuevo PPCV se presenta en este documento (elaborado por el alcalde de Alicante, Luis Barcala, y la portavoz del PP en Castelló, Begoña Carrasco) como un partido abierto, que quiere recuperar el centro político y llegar al máximo de electores.

Un partido menos ideologizado y más pragmático que se plasma en una ponencia con 264 propuestas y reflexiones de tan amplio espectro que incurre en contradicciones al mezclar ideas liberales y sociales. El nuevo PP de Mazón parece, además, enterrar la vieja aspiración de la presidenta saliente Isabel Bonig de un PP con un relato más en clave valenciana y que pudiera diferenciarse del PP general. De hecho, aunque hay un apartado relativo a la defensa de las señas de identidad (en el que igual se habla de bous al carrer que del Segle d’Or y los toros), la ideas fuerza de la ponencia son extrapolables a la organización nacional. «Es igual el PP de aquí que el de la Rioja», llegó a afirmar Barcala, si bien después matizó que se refería a los valores y principios y que la singularidad venía por las exigencias claves como el agua o la financiación.

Así, con el paraguas genérico de la defensa de la libertad (en el que se busca más seguir la estela de éxito de la presidenta madrileña Isabel Diaz Ayuso con la bajada de impuestos como plato fuerte), el PP se presenta como un partido de centroderecha dispuesto a entenderse con «cualquier formación» que tenga propuestas buenas «vengan desde la derecha y desde la izquierda». «Podemos pactar sobre muchas cuestiones que sean buenas siendo capaz de dejar atrás los prejuicios ideológicos», apunta.

Así, mantiene su intención de no añadir «crispación» ni «contribuir al enfrentamiento», pero esa disposición al diálogo contrasta con una crítica feroz al Botànic al que ve en «una deriva nacionalista», «la imposición» y «el dogmatismo».

El fantasma del catalanismo está presente en todo el texto. Así, el PPCV aboga por la difusión de la «lengua valenciana» y al tiempo denuncia la «destrucción sectaria» del Botànic y la inmersión «catalanizadora». Aboga por que las familias puedan elegir la lengua en la que estudian sus hijos y, para evitar el «adoctrinamiento», propone crear un cuerpo de inspectores para comprobar que los libros de texto se ajustan a la Constitución.

En política social, el PPCV asegura su apuesta absoluta por un modelo público de servicios públicos y recoge la idea de blindar por ley el presupuesto sanitario, al tiempo que defiende la colaboración público-privada de forma «subsidiaria». Y pide blindar los conciertos sanitarios.

Por otro lado, los populares acusan a PSPV, Compromís y Unides Podem de confundir «progreso con beneficiencia y subvenciones con bienestar social». «Los ciudadanos no quieren ayudas, quieren trabajar», mantienen en el apartado social. Así, proponen una tarjeta social para controlar las ayudas sociales y evitar «fraudes», si bien se comprometen a impulsar la ley de dependencia y las ayudas del ingreso vital.

En materia presupuestaria y tras plantear la reforma del modelo de financiación como prioridad, el PPCV pide bajar impuestos, pero también una política de contención y prioridad del gasto ordinario. La ponencia no contiene ninguna alusión a la lucha contra la corrupción, ya que, según Barcala, esto ya quedó recogido en la ponencia de estatutos del PP nacional.

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