El deporte de élite gira alrededor de milímetros y décimas de segundo. «Eso es lo que separa un oro de un décimo puesto». Lo expresa con esas palabras el director de Innovación del Instituto de Biomecánica de València (IBV), José David Garrido. Cuenta este investigador que ha dedicado los últimos cuatro años de su vida a elaborar el revolucionario proyecto Move 4D, un escáner corporal de alta velocidad con el que han llamado la atención de algunas de las grandes multinacionales deportivas del mundo.

«Cuando se habla de tecnología tan vanguardista, se piensa a lo mejor en Estados Unidos, en Silicon Valley, pero cuando vas a un congreso internacional y presentas una tecnología que no solo despierta interés sino que no hay nadie por ahí que haga algo similar, es motivo de orgullo», afirma en una entrevista con Levante-EMV.

La tecnología que han desarrollado Garrido y un equipo de cerca de 30 personas —hay desde ingenieros e informáticos hasta antropometristas y fisioterapeutas—, puede ser revolucionaria, según el IBV. Y está «lista para utilizar mañana», si cualquier empresa lo desea.

Su funcionamiento es simple: un atleta se somete al escaneo de su cuerpo en movimiento. El escáner detecta y analiza de manera automática cada una de las variaciones de sus músculos. Hasta la más pequeña contracción, que sería indetectable a simple vista.

El fin es evidente: cuando el estudio de laboratorio finaliza, una marca de ropa deportiva puede elaborar una prenda que se ajuste a la perfección, de una manera que hasta el momento no existe. De alguna manera, la tecnología valenciana de Move 4D puede convertirse en la nueva sastrería a medida de los atletas de élite del mundo. Puede ponerlos más cerca de batir récords y ganar las tan ansiadas medallas en los Juegos Olímpicos.

«Nosotros estudiamos a partir de un conjunto de cámaras de vídeo especiales que lo que hacen es identificar el cuerpo y digitalizar su modelo mientras la persona realiza el movimiento», explica Garrido, quien da un ejemplo práctico. «Si un saltador de altura, una especialidad donde todo va de centímetros, tiene una prenda que le permite tensionar o comprimir determinado grupo muscular, hace que pase la barra horizontal cuando antes no podía», asegura, que recalca que el germen de la idea surgió hace 20 años, pero que el proyecto ha evolucionado desde entonces hasta el último lustro, cuando se han intensificado los trabajos liderados por la investigadora Sandra Alemany.

Los escáneres actuales en el mercado se realizan en estático, lo que limitaba mucho el estudio de los músculos del cuerpo, según Garrido. Lo que hace Move 4D es analizar el comportamiento del cuerpo «en movimiento» y ahí reside la gran diferencia. Solo se habían producido «intentos» de lo que ellos han logrado. «Nosotros hemos ido un paso más allá», dice Garrido, satisfecho.

El escáner podría funcionar «en cualquier tipo de deporte», pero Garrido especifica que por ahora la tecnología estudia a los deportistas uno a uno. «No está pensado para evaluar a once jugadores a la vez, si estamos pensando en el fútbol», asegura. Ya ha habido «conversaciones» para vender Move 4D a marcas especializadas, y desde el IBV ofrecen a quien adquiera su tecnología una asistencia «llave en mano». Así, están preparados para acompañar y formar durante meses a los profesionales que compren el hardware y el software de Move 4D hasta que dominen su funcionamiento.

Otras aplicaciones

La deportiva, sin embargo, es solo una de las múltiples aplicaciones posibles que tiene Move 4D. «Hay muchos campos interesantes, como el de las interfaces humanas. También, todo lo que tiene que ver con producción digital de contenidos y reconstrucciones de personas en entornos de realidad virtual y aumentada. Y, sobre todo, en la industria de la tecnología ponible, como por ejemplo una mochila a medida para un brigadista que se está enfrentando a un incendio. Normalmente, éramos nosotros los que se adaptaban a esos accesorios especializados y no al revés. Está todo relacionado al confort y a la experiencia de uso», comenta Garrido.

Ahora, es el turno de que su tecnología salga a la pista desde la Comunitat Valenciana.